Foto Freepik
Es muy fácil caer en la
tentación de sobreproteger y mimar al hijo/a únicos, pero si quieres
educarlos de forma saludable es hora de dejar la sobreprotección. La
sobreprotección les vuelve dependientes, poco tolerables a la frustración, irresponsables,
incapaces e inseguros. Se vuelven incapaces de identificar por sí mismos sus
necesidades fisiológicas y terminan orinándose en los pantalones.
Por lo general, los padres
sobreprotectores siempre están diciendo a sus hijos únicos: "No hagas esto,
puedes lastimarte", "no vayas para allá","no iras de paseo
porque te puedes caer”. Todo es no. A la final, los niños aprenden que el mundo
es peligroso y siempre andan con miedos.
Los padres piensan que
están haciendo bien al sobreproteger a sus hijos únicos, pero en realidad
están dañando su estima y le están negando las herramientas necesarias para
enfrentarse al mundo.
Los padres quieren
proteger al hijo único de todo peligro para que siempre este feliz. Quieren
evitar todo sufrimiento, no imponen disciplina, ni consecuencias a sus
actitudes negativas, lo cual es muy peligroso porque estos niños pueden
convertirse en verdaderos holgazanes. Además pueden pensar que se les debe dar todo a
la hora que pidan, lo cual no es así. Todo niño debe aprender a esperar.
¿Cómo dejar de ser padres
sobreprotectores?
1. No seas madre
absorbente. La característica de ser así hace que quieras controlar todo lo que
tu hijo hace. Siempre quieres que haga lo que tú quieres. Pero en el fondo ese
deseo de control es una carencia emocional que no es otra cosa que inseguridad
y falta de estima.
2. Respeta y acepta que
tus hijos también se equivocan. Equivocarse en bueno porque así corregimos y aprendemos.
Lo mismo pasa con los niños. Si ellos no aprenden a equivocarse aprenderán a
ser perfeccionistas y se llenarán de ansiedad.
3. Valora los logros de
tus hijos, pero ten cuidado de elogiarlos en exceso. Elogia lo necesario y solo
cuando lo han hecho bien. Cuando algo no lo ha hecho tan bien, aprende a
decirle la verdad. Esto le ayudará a corregir sus tareas y no
quedarse con vacíos.
4. Regaña y castiga cuando
tengas que hacerlo. No te sientas culpable. Las disciplina y los buenos
límites enseña a los niños que sus acciones tienes consecuencias. La disciplina
le enseña qué está bien y qué no está bien; qué debe hacer y qué no debe hacer.
5. Puedes combatir la
soledad de tus hijos únicos, relacionándolos con otros niños de su edad. Los
juegos en grupo ayudan mucho a la socialización; pero, a la vez, a identificar roles.
Es decir, sabrá que fortalezas tiene como varón frente una mujer y, así
mismo, si es mujer, definirá las fortalezas que tiene frente al varón.
6. La figura del padre
ayuda mucho al varón. Su presencia hace que no esté demasiado pegado a la madre; pero, a la vez, le ayuda a fortalecer su masculinidad. De igual manera, en la
hija única, la presencia del padre le ayuda a relacionarse mejor con el sexo opuesto.
7. Deja que tus hijos vivan su infancia. No los trates como adultos. Recuerda que son niños y necesitan
vincularse con niños de su edad. No los tengas atados a ti. Cuando son hijos o
hijas únicas necesitan también relacionarse, de esa manera logrará vínculos
fuertes y serán menos egoístas frente a las necesidades de otros.
8. No lo trates como robot.
El necesita aprender a tomar decisiones. Deja que elija y que también de su opinión.
Todos los niños, así sean únicos, necesitan tener un espacio para decidir. Dale
esa oportunidad. Puedes dejar que decida sobre pequeñas cosas que están a su
nivel como: escoger su ropa.Pero recuerda en cosas mayores los padres toman las decisiones.
9. No olvides el
afecto porque alimenta su seguridad. El afecto se demuestra con los gestos, las
palabras, los abrazos, al escucharlos, la provisión de sus necesidades físicas
y emocionales. Todo debe ser con equilibrio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario