Es muy difícil lidiar con las mentiras,
pero es necesario empezar a trabajar desde la infancia para evitar que se
conviertan en patológicas. Los niños deben saber cuál es el valor de la
honestidad y la verdad.
Los padres deben dar ejemplo y
crean espacios para el dialogo más que de reprensión. Un niño mentirá si se le
permite o ve esta actitud en la familia. Por eso, mientras más temprano se
corrija será mejor.
La mentira puede provocar estrés,
angustia, baja estima. Se entra en estrés cuando se sostiene una mentira por
largo tiempo y si el niño crece con mentiras llegará a ser un adulto alterado, sintiéndose
perseguido. Hay que enseñar a los hijos a decir la verdad aunque duela y hay
que estar abiertos a escuchar. Además, si no se traba con la mentira el niño
que crece, será un adulto con temores de
fracaso, incapaces de intentar lo que quieren. La mentira no trae paz, enferma
el cuerpo y la mente.
Cuando es patología:
La mentira se presentara en cualquier familia, así sea saludable.
No discrimina condición social. La patología se da cuando a la mentira se le añade el hurto. Allí se
manifiesta un problema emocional serio. Porque es una forma de mentir, llevarse
el dinero o traer cosas del colegio o de casa de alguien. Estos casos pueden
verse a partir de los (seis años en adelante).
Hay que ver los problemas de fondo. Tal vez se siente incomprendido,
depresivo o ansioso. Por ejemplo si el niño cuenta a sus padres siempre que es víctima
de maltrato y lo padres no hacen nada, entonces empieza a mentir y robar. La reacción
de los padres ante lo que cuentan los hijos es poderosa. Si por ejemplo, ante
este hecho de maltrato que vive, le dicen: “si me vuelves a contar que te maltratan,
te pego”, el niño entra en ansiedad. Aquí los padres deben recibir ayuda y también
el niño.
¿Qué hacer frente a
la mentira?
1. La mentira es algo común, pero no debe ser aceptado. Hay
que formar el carácter de los hijos con elevadas normas morales en la vida. Los hijos
reflejan el carácter de los padres. Se debe abordar la mentira desde la verdad,
pero si el padre miente es difícil que sepa hacerlo.
2. Evitar se padres perfectos. Los papas buscamos ser padres
perfectos, pero no vamos a crear hijos perfectos sino buenos, y ello significa
estar en sintonía con los hijos. No obligar a que cuenten todo apenas llegue
del colegio, si no han creado primero intimidad emocional. Es decir: saludarle,
darle un beso, un abrazo, decirle cuanto le ama, etc.
3. Evitar enojos desmedidos. Los niños por lo general tienen
una intención positiva del síntoma. Cuando se les pregunta porque mienten,
dicen que no quieren enojar a los padres. Entonces a intención de mentir es no hacer
daño .Allí hay dualidad moral, el niño que miente es sincero en decir que no quiere que se enoje,
pero entonces los padres deben controlarse ante alguna nota mala, ante algo que
lo hicieron mal. Las reglas no deben supeditarse al estado emocional de los padres.
4. Cumpla lo que ofrece. Lo niños no olvidan los
ofrecimientos .Por eso, hable siempre con la verdad y con la realidad. Si no
tiene algo en el momento, explique en qué momento especifico se le dará lo que
pide. Pero si miente solo para evitar los llantos, entonces usted está
fomentando que el niño mienta.
5. Si están separados, no olvide a los hijos. Ellos mentiras y dejarán de hacer cosas para lograr
atraer la atención del padre o madre lejanos y tenerlos cerca. A la vez, pueden
utilizar este pretexto para mentir. Por eso lo mejor estar cerca de los niños,
pero evitando que mientan.
6. Si los hijos siguen con sus mentiras hay que ayudarlos a
decir la verdad caso contrario crecerán y los padres perderán todo control
sobre ellos. Eso se trabaja con el dialogo. Hay papas que dan clases por todo.
Saben de todo. Es bueno decir: hay cosas que no se, y otras que sí sé. Hay que
enseñar que todos cometemos fallas, pero si enseñamos que somos perfectos
entonces también enseñamos a mentir.
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