Esta
más que comprobado que muchas enfermedades surgen por el mal manejo de las
emociones. Tendemos a exagerar muchas cosas, nos preocupamos demasiado, entramos
en ansiedad, en depresión, etc.
En
otras ocasiones nos entregamos demasiado a la gente, no vivimos nuestra propia
vida, sino que queremos que todo el mundo sea feliz, aunque nosotros tengamos
mucho sufrimiento por dentro y nadie se preocupe en preguntarnos cómo estamos. Tendemos
a apegarnos mucho a las cosas y a las personas y esto nos hace sufrir más. Pero
debemos darnos cuenta de que las cosas como las personas vienen y van; que
todos tenemos un ciclo de vida que puede acabar no solo con la muerte natural, sino
por otras circunstancias.
Todas
estas preocupaciones y mal manejo emocional de las situaciones no llevan a
graves enfermedades. Es tiempo de reconocer que debemos empezar a cambiar o
buscar ayuda para controlar nuestras emociones. Necesitamos deshacernos de las
emociones que nos tienen atrapados. Sabemos que nos es fácil, pero están allí, ocultas,
y a la larga se manifestarán en alguna parte de nuestro cuerpo como una
enfermedad.
Por
eso es importante liberar emociones reprimidas mediante la comprensión y la
liberación de la culpa. Es importante entender que los sentimientos organizan
los pensamientos y la memoria. Los pensamientos se guardan en la memoria junto
con los sentimientos asociados a ellos, así que al momento de renunciar a un
sentimiento nos liberamos de todos los pensamientos asociados.
Una
emoción reprimida puede causar estrés, ya que se ha venido acumulando
sentimientos y emociones, pero también puede
provocar cáncer y la muerte. Está comprobado que quienes tienden a reprimir
la ira, padecen de cáncer, también quienes se entregan demasiado a los demás y
no viven sus propias vida.
Nuestras
reacciones son fruto de la represión y supresión de emociones; por ello, una
persona que se siente culpable, culpa a las demás o a las situaciones; una
persona miedosa siempre hallará situaciones que temer; una persona triste
siempre encuentra personas a las que proyectar su tristeza.
La proyección es como un mecanismo de liberación
inadecuado porque refuerza en la mente los resentimientos. En una forma de
justificación constante de la misma persona y de sus actos. Quien proyecta
habla del otro, ya que lo considera el causante de todas sus desgracias.
En
la proyección esta la raíz del victimismo, es decir la persona cree que todo le
pasa a ella pero lo único que hace es esconder la inmadurez emocional que
tiene. Las personas que proyectan no pueden darse cuenta de lo que deben
cambiar, sino que atribuyen al otro lo que son en realidad, culpan a los otros
de su desgracia.
El
camino para liberarse de la proyección es dejar ir. Hay que olvidarse de los
condicionamientos sociales y aprender a expresar los sentimientos. Por ejemplo
si suprimimos el amor se produce un corazón roto y una excesiva dependencia en
la otra persona. La persona piensa que tiene posesión sobre el otro y genera un
apego indebido, vienen los celos enfermizos.
Además
si hay un exceso de suprimir y reprimir las personas pueden crear
acontecimientos tristes en sus vidas. La persona temerosa siempre estará
viviendo situaciones de terror, la enfadada siempre se sentirá indagando por
todo, la orgullosa siempre creerá que le están insultando.
Frente
a ello, una vez más la salida es buscar las emociones reprimidas, muchas de las
cuales se formaron desde la misma gestación. Por ejemplo la madre embarazada ya
imprime muchas emociones en los óvulos
de su hija y así sucesivamente se va perpetuando de generación en generación.
Es
necesario llegar a la aceptación de que tenemos que cambiar. Esto no quiere
decir que seamos pasivos, simplemente es comprender que todo tiene una razón de
ser y que no hay que tratar de
entenderlo todo. Entender todo significa racionalizar y lo hacemos desde el
ego. Es mejor soltar los pensamientos que provocan los juicios y los califican
como traición, robo, falta de lealtad, celos, rabia, etc.
Ser
libre es mejor porque esto nos lleva a vivir en un mundo sin apegos dañinos. La
libertar es la renuncia a luchar creyendo que recibiremos la razón. Si no nos
liberamos de emociones y sentimientos negativos viene la enfermedad.
Reprimimos
muchas veces por necesidad de permanecer en el grupo, buscamos la aceptación
social, nos da miedo estar solos, no queremos ser aislados. Pero reprimir nos
lleva a cometer actos inesperados sin saber porque lo hacemos. Por ejemplo todas las adicciones son programas de
inmadurez emocional: detrás hubo madres castradoras, ausencia de cariño y
afecto de padres.
Visto
de esa manera el núcleo social viene a ser el más toxico y del que hay que
alejarse. En el hogar donde las personas han aprendido a ser víctimas
emocionales: han sido criados con miedo a ser abandonados, a quedar solos; han
nacido sin ser deseados. Viven experiencias de violencia. Las personas que
crecen así se llenan de culpabilidad y a la vez que aman, odian.
En
todo este proceso de liberar se puede usar un recurso valioso que es la Programación
Neurolinguistica. Aquí lo medular es siempre hacer varias preguntas con ¿para qué?
¿Para
qué no voy?, ¿para qué quiero un carro?, ¿para qué quiero separarme?, ¿para qué
aguanto una situación? Luego de cada respuesta volver a preguntarse ¿para qué?,
hasta llegar al fondo de la cuestión. Solo allí veremos que emociones sustentan
nuestros pensamientos y acciones.
Las
emociones están conectadas a creencias y estas a la vez a la supervivencia. Muchas
veces las creencias nuestras están mal enfocadas y recibir ayuda de otros es importante para aprender a ver la vida de
diferente manera. También es bueno recibir ayuda profesional.Todo depende de cada uno,hay que saber reconocer què esta mal en nuestra vida y corregir.No somos perfectos, nadie los es, pero lo mas lindo de la vida es llegar a la comprensión de que estamos en este mundo para trascender.
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