Cuando usted contrae matrimonio
con una persona que tiene hijos adolescentes, de un matrimonio anterior, debe
saber que nunca llegará a ocupar el rol de los padres biológicos. Los chicos
vienen con una historia de vida y una relación anterior profunda con el padre o
la madre.
No intente ganarse a la fuerza un
lugar en la nueva familia. Usted desde
ya debe saber que debe renunciar al control, ser humilde para ganarse el lugar
que quiere que le den en la nueva familia. La mejor forma de amar a su cónyuge
es ayudándole a amar a sus hijos y apoyándole de la mejor manera.
Los adolescentes, por lo general, no consideran a los padrastros o madrastras como autoridad, por tanto, la situación
se vuelve desesperante. El nuevo padrastro o madrastra tiene una desventaja
frente al padre biológico que pasó años con ellos. Solo el tiempo permitirá
formar vínculos para confiar y respetar. Cuanto más tiempo se conecten usted, y
los hijos de su nueva pareja, mayores serán
las posibilidades de que puedan llevarse mejor.
Por eso, para evitar los conflictos que surgen con los adolescentes,
es bueno que sepa que hay varias soluciones o caminos que usted puede tomar
para evitar la resistencia de los adolescentes,
o los problemas con su cónyuge o el o la ex.
En primer lugar: usted y el adolescente. Trate de mirar lo que hay
en el corazón del adolescente. Recuerde que aunque haya visto un divorcio
amigable, su mundo está dividido en dos. Su hogar en el que nació, la familia
con su padre y madre originales ya no existen. Guardará sentimientos de pérdida,
alienación, enojo, indefensión y vergüenza. Albergan el deseo que sus padres se
reconcilien. Este deseo es fuerte e intenso, idealizan la vida que tenían, y la
presencia de una nueva pareja de su madre o padre, se presenta como un obstáculo
para que su sueño se cumpla, por eso presentará resistencia, se comportará de
forma maleducada, desafiante y faltara el respeto.
Usted debe saber que todo
adolescente se resiste a los límites y las consecuencias que les imponen sus
padres biológicos; así que; con mucha más razón; se negarán a aceptar límites de
una persona nueva. No quieren que una tercera persona les diga lo que tienen
que hacer.
Segundo. Tenga paciencia y persistencia para formar una conexión.
Los chicos pueden mostrar mucha resistencia, pero esto no debe ser motivo para
que usted claudique, por el contrario busque como pueda la conexión con el adolescente.
Haga lo que el adolescente disfruta y conozca su mundo. Evite centrarse en el
desprecio, cèntrece en el vínculo, pero hágalo con sinceridad porque pronto se darán cuenta si
usted tiene buenas o malas intenciones.
Tercero. No intente reemplazar al ex. En la mente de un adolescente
solo existe un padre y una madre, por tanto, no trate de forzar que lo acepten
como padre o madre. Considérese solamente cónyuge de la persona con la que se casó.
Recuerde que el adolescente está viviendo un duelo, una pérdida importante para
su vida y en su interior solo hay tristeza,
enojo y dolor; por tal razón, sea empático. Otorgue tiempo, espacio y apoyo. El
dolor de los chicos es más fuerte si usted contrajo matrimonio al poco tiempo del divorcio.
Cuatro. Los padres deben encargarse de la disciplina al principio.
Al inicio es mejor que padre y madre se ocupen de poner límites a los adolescentes.
La tarea del nuevo cónyuge será conectarse
mejor con los chicos. Solo cuando usted y su cónyuge acuerden que llegó el
momento de hacerse cargo de la disciplina, solo allí cumpla ese rol y de forma gradual.
Haga que esta decisión, sea comunicada al adolescente. Asegurarse de comunicar de esta decisión con suavidad para que los chicos acepten el nuevo rol que tendrá el padrastro o
madrastra en la vida de ellos.
Quinto. Este dispuesto a trabajar en usted. Quizá su nuevo o nueva
cònyuge tiene preocupación por sus habilidades como padre o madre. La preocupación
es más si usted no tiene hijos. Dígale que en algún momento le gustaría que se
le confié autoridad y pregunte qué cosas le hacen sentir inseguro o insegura. Lo
mejor que puede hacer es demostrar amor a los chicos hasta que se le dé la autoridad.
Recuerde que su cònyuge necesita saber que usted ama a quienes él o ella aman.
Se sentirá más seguro si le ve que se esfuerza por formar un vínculo con chicos
que no demostrarán ni un mínimo de interés. También se sentirán tranquilos si
usted cambia actitudes que pueden ser muy contraproducentes para la convivencia
en la nueva familia
Acuérdese que su cónyuge tiene
que trabajar con usted y los adolescentes.
Es una carga pesada y no quiere ver sufrir a quienes ama. Hágale saber que
apoya la forma de crianza y que quiere jugar según sus reglas. Pregunte de qué
modo puede ayudar a los adolescentes y a èl o ella.
Sexto. Respete al ex de su nuevo
o nueva cónyuge. Recuerde que también está viviendo un duelo, ya no tiene
la familia de antes, por tanto respete los sentimientos. En lo posible hable
con esta persona sobre lo que le preocupa de la educación o crianza de su hijo
o hija.
Hágale saber que quiere apoyar y favorecer las relaciones de los hijos
con sus padres biológicos y que sabe que los hijos necesitan a ambos padres en
su vida. No hable de los problemas matrimoniales anteriores y de su relación con
los chicos. Por lo general, los ex se preocupan más por las calificaciones, la
hora de llegada o problemas de alcohol de sus hijos e hijas. Así que es mejor
estar atento a lo que dicen sobre estos asuntos.
Fuente: Límites de los adolescentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario