lunes, 20 de febrero de 2017

CLAVES PARA AYUDAR A ADULTOS INMADUROS




¿Se ha encontrado alguna vez usted con un adulto que parece un niño? Este tipo de personas sufren un sìndrome denominado Peter Pan, es decir el niño que nunca quiere dejar de ser niño, mientras otros siguen en crecimiento, maduración y asunción de responsabilidades.Este tèrmino fue acuñado por e Dr. Dan Kiley en 1983.

Este adulto, en el fondo tiene una carencia afectiva que se originó en su infancia. Necesitan crear su propia identidad, asumir sus responsabilidades  y no copiar otros modelos.

El origen

Aunque muchos dicen que la sobreprotecciòn, la permisividad y el narcisismo son la causa para este problema, queremos proponer un vistazo màs profundo que tiene relación con las anteriores causas y da una mejor comprensiòn del problema

Este niño ha sido afectado en la infancia por su relación con el padre, asegura Aquilino Polaino Loreinte, catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense, realizado en uno de sus estudios denominado: El complejo de Peter Pan y el infantilismo.

Segùn Polaino el adulto- niño, que no quiere crecer, ha tenido un padre lejano que solo ha manifestado su presencia en la aplicación de la disciplina, la autoridad; pero no ha tenido un acercamiento relacional afectivo.

En ese sentido, un niño que ha tenido ese tipo de relación con su padre solo llega a admirarlo, pero no se siente querido ni correspondido por su padre. No  tiene ninguna experiencia cercana de haber sido querido por su padre y, por ello, quizás se aleja más de él. Cada vez que se aleja más de él, lo idealiza y lo admira, pero lo idealiza porque tiene una necesidad de afecto.

Este niño  que idealiza, aprende a sobrestimar a las personas y hasta querer imitar. Es decir, empieza a sobrestimar el valor personal y pone su énfasis en el prestigio, éxito y eficacia, dejando a un lado el valor de afectividad. Ha prendido que eso es lo más importante, ha aprendido que hay que idolatrar al padre y a desconocer el afecto. En consecuencia, aprende que sobreestimarse es lo más importante que manifestar su afecto a los demás.

Pero hay algo más. La relación con la madre le deja otro aprendizaje a este niño. Al no tener el afecto de su padre, busca en su madre lo que no logra de su padre. Recibe todo el cariño que quiere, pero en ciertos momentos llega a cansarse del mucho afecto que ella le ofrece y quiere alejarse. Esto le lleva a sentirse culpable por querer separarse de su única fuente de amor.

Luego, en el proceso, experimenta otra realidad que lo lleva a crear un mecanismo dañino que afectará su vida adulta. Su madre  lo que quiere y a la vez  lo rechaza. No siempre está dispuesta a darle todo el afecto que él requiere porque  llega cansada del trabajo, o  se ve cargada de la tareas del hogar. El niño entonces busca maneras de conquistar el afecto de su madre y aprende a manipular, aprende a atraer la atención de su madre, aunque ésta no  entregue su sincera afectividad.

Polaino dice que este niño aprende a servirse del otro y no a querer al otro. El niño solo manipula para satisfacerse personalmente, aprende a  fingir determinadas poses con tal de sentirse querido tal y como él quiere, pero no aprende a querer ni a entregar al otro amor verdadero.
  
 Consecuencias

Cuando una persona crece con este patrón de vida, se traslada a su vida personal y de matrimonio, provocando grandes conflictos en especial con la esposa que siente que es utilizada. El resultado de  esta carencia emocional  afecta mucho a esta persona. Crea jóvenes y adultos que solo se preocupan de su propio ego  y no asumen compromisos con los demás. Tienen miedos al compromiso y a la libertad.

Este tipo de niños crecen como adultos, pero siguen siendo niños malcriados en el fondo. No creen en lo que son capaces de hacer, tienen una falta de valor e inseguridad personal. Son hombres que temen a ser abandonados, temen a la soledad y a fracasar. Son narcisista, dependientes, irresponsables. Culpan a los demás de sus problemas. Son incapaces de cuidar, proteger, no pueden llevar una relación de pareja y por eso solo tienen relaciones superficiales. Quieren seguir disfrutando de privilegios, no saben cumplir promesas y dan excesiva importancia a los físico, quieren seguir haciendo las mismas actividades de cuando eran adolescentes. Además siempre esta desmotivado por su trabajo, estudios o carrera profesional.

Estas personas cambian de pareja varias veces y, por lo general, se relacionan con más jóvenes porque así pueden vivir con menos preocupaciones y responsabilidades. Idealizan la relación romántica. Si la relación implica más responsabilidad  y compromiso se asustan y  deciden terminar.

¿Cómo ayudar?

   1. A todos los padres, tener cuidado en cómo se cría a los niños en la infancia. El niño necesita cuatro cosas para crecer equilibrado: amor, elogio, perdón, protección. Si alguno de estos elementos falta el niño crecerá con graves problemas emocionales. Pero, de igual manera si se exacerba cualquiera de ellos, puede generar graves daños emocionales. El amor debe ser siempre aunque cometa errores, el elogio debe ser real y no  solo por hacerle sentir bien, el perdón a sus errores debe ser sincero y la protección  debe ser en todo, sin que falte lo que necesita, pero  a la vez, no dando todo cuando él niño pide.

   2. Poner límites en amor adecuados a este adulto- niño. Èl necesita que alguien le diga con sinceridad lo que está haciendo mal, pero a la vez que lo ame a pesar de sus errores. Poner límites a esta persona es muy importante, caso contrario no llegará a madurar ni a enfrentar sus responsabilidades. No salvarlo. Dejar que aprenda de sus propios errores. El peor error es pagar sus cuentas si se excedió en los gastos, por ejemplo.

   3. Animarle a buscar ayuda especializada para superar sus miedos e inseguridades, para que de este modo vaya rompiendo ideas  erradas y pueda adquirir ideas más equilibradas y realistas. De esta manera, aprenderá que es posible ser normal, agradable. Alcanzará tranquilidad y sabrá que ser parte del equipo es bueno. Ya no se presionará por ser el mejor y empezará a preocuparse por los demás; sabrá que no necesita de los halagos de los demás porque ha aprendido a amarse y valorarse de verdad.

   4. A la esposa del narcisista. Expresar las necesidades que tiene, ya que por lo general tiende a callarse por no hacer sufrir al esposo ególatra. Una manera de hacerlo es hablar en el momento adecuado cuando haya calma y allí exponer lo que está pasando en su interior. El esposo debe saber que la esposa también tiene necesidades reales.


   5. A la persona que sufre este problema. Formar su identidad personal, a través de enfrentarse consigo mismo, conocerse, tomar decisiones y elegir. Debe saber que no se puede vivir imitando a otros, sino siendo uno mismo. Tampoco se puede vivir en una infancia perpetua, porque todo tiene su tiempo y las personas crecen. Debe saber que ser responsable le ayudará vivir menos frustrado  y podrá conseguir lo que quiere si se esfuerza. No debe tener miedo a las equivocaciones, ni a esperar siempre aprobación de los demàs, lo importante es que aprenda a enfrentar cada día sus miedos y su realidad con madurez.

6. Si no hubo un acercamiento afectivo con el padre, si no se sintió ese amor y esa confianza,que tal vez se anhelò, es bueno llegar al proceso del perdón. Los padres no nacen siendo padres y ellos dieron lo que aprendieron.Tampoco se trata de justificar; pero si se quiere ser libre de la inseguridad y de la falta de amor, es necesario perdonar genuinamente el trato inadecuado que el padre tal vez pudo haber dado. El perdón sana el corazón y la mente.Haga un alto en su vida para perdonar y sacar la ira, el enojo, el dolor que hay dentro.Nunca es tarde para dar este paso.Es mejor hacerlo ahora que seguir viviendo en soledad y dolor. Busque ayuda de alguien, hable con una persona a la que tiene confianza y es madura para escucharlo y saque toda la frustración.Pare de una vez por todas esta situación que no le deja progresar.





















No hay comentarios:

Publicar un comentario