Un estresante para el niño es un nacimiento de un nuevo hermano. Pese a que el
niño a medida que va creciendo busca independencia, siente un lazo de apego muy
fuerte por sus padres hasta los 8 años de edad.
Los
niños de esta edad escolar ya saben distinguir las diferencias y
comparaciones que hacen los adultos con otros. Por eso cuando viene un hermano
se sienten muy estresados por todo lo que tiene que enfrentar: quedarse sin
mamá mientras va al hospital, llevarlo a quedarse con tíos o parientes el niño;
si es pequeño aún, debe ser llevado a otro cuarto y la concentración que dan al bebé.
La
situación es más estresante en niños de 2 a 4 años porque aún son dependientes
de afecto y de sus cuidadores. Pueden pensar que ya no verán nunca más a su
madre, también pueden pensar que ellos son culpables de que la madre no este
con ellos. En bebes de un año todavía no hay comprensión de la situación y se
afectan menos y en niños de más de 4 años ya existe una comprensión de las
situación.
Algunos
de los síntomas de estrés por el nacimiento de un hermano son:
• Celos, reacciones de desapego,
agresividad al recién nacido, temor a perder la atención y afecto de los
padres, desvalorización de sí mismo, en especial de 2 a 4 años. Además hay
conflicto con la madre porque se halla más cansada y busca atención de ella.
Un
error en este periodo es que se le exija al niño súbitamente que afronte solo
las tareas. También hay una falta de dedicación
al niño mayor. Lo correcto es también dedicar el mismo tiempo que se
daba antes al niño mayor en lo que sea posible. El niño mayor debe irse
adaptando a este nuevo hecho para que así logre la interacción y relación con
los hermanos que es parte del desarrollo normal de la familia y no un problema.
Algunas
medidas preventivas para ayudar al niño a aminorar el estrés de esta etapa son:
• Prepararlo durante el embarazo. El
niño debe saber que el nacimiento de un hermanito es querido por la familia.
• Información clara. Indicar al niño
que mamá se alejará un tiempo para ir al hospital y que luego regresará. Decirle
que también podrá ir a verla o llamarla.
• Sacarlo de la habitación antes de
que nazca el bebé para evitar que asocie con el nacimiento.
• Darle una posición superior frente
al hermano menor y darle responsabilidades de cuidado al bebé para que así coopere
y desarrolle empatía y sepa que podrá
tener un compañero de juegos.
• Dedicar más atención al mayor
durante las primeras semanas y conservar las rutinas anteriores, así como el
mismo afecto a los dos.
• Si surgen los celos, hay que
ayudarle a expresar su emoción correctamente. Se puede decir: “Tu quisieras
ahora ser un bebé como tu hermanito, verdad y que te cogiera o meciera y te
hiciera mimos así”.
• Ante reacciones de regresión o
ansiedad, tratarlas con naturalidad, evitar sobrecargas o exigencias, darle un
tiempo para que adapte, manifestarle cariño y valorarlo. Hay que enseñar al
niño a sumir el nivel superior acatando las nuevas responsabilidades y le
recompensarán por el progreso. Tener cuidado con las visitas y decirles que “su
ayuda y conducta es valiosa en la familia”.
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