Ningún niño no nace cleptómano o nace con una conducta inclinada
al robo, a la mentira, a la pelea. No hay estructura en la mente que diga que
el niño nace dispuesto a tomar esas actitudes o comportamientos. Simplemente es
aprendido en el hogar, en la sociedad o hay un trastorno mental.
Hay que trabajar en la
infancia o en la adolescencia antes de que sea demasiado tarde. La edad de la
adolescencia va de los 12 a 18 años, el púber de 9 a 12 años y pre púber debajo
de los 9 años.
Hay que enderezar a los
hijos antes de los 18, así se evitará una personalidad antisocial, de
peligrosidad dependiendo de dónde incurra el delito porque puede ser que
mienta, robe, pelee. Allí en esas áreas hay que trabajar, siempre buscando la
raíz del problema.
Los seres humanos se
construyen en el hogar, la familia, la escuela y la sociedad. Si el hogar anda
mal, la escuela manda mal y la sociedad anda mal, vamos a tener muchos
seres humanos mal formados y violentados la norma de convivencia pacífica. La
base moral y afectiva es importante para el crecimiento.
Etapas del robo
A los años dos a tres se considera una conducta normal
porque los niños son egocentristas. Todo lo que les gusta lo toman. No tienen
el sentido de lo que es tuyo o es mío. En esta etapa hay que ir de la mano con
el niño a devolver el objeto para que el niño tenga la seguridad que esta
actitud no está bien, pero que no sea con golpes o regaños. No se debe usar la
frase:” eres un ladrón”.
Los padres, en esta etapa,
deben relajarse porque su conducta es natural, pero debe ser corregida .Es
necesario ahondar en el valor de la honestidad y la responsabilidad de
actos y, por ello, desde pequeños se les ayuda a devolver objeto que no es
suyo. Los papis no deben escandalizarse en esta etapa, pero si deben
preocuparse a partir de los seis años en adelante, donde allí ya es una
conducta consciente.
El niño en pre kínder que toma algo, sabe que no es suyo pero se lo lleva. Si no se ha
hablado con ellos de la forma correcta o se les ha golpeado mucho,
entonces el niño manifestará trastornos en cuanto a control de esfínteres y se
hará hace pipi, popo o romperá cosas. Eso quiere decir que la mamá no
está haciendo la conexión de emociones de manera correcta, ya que allí
hay que tomar en cuenta que el niño lo que está tratando de decir es: “estoy
perdiéndote mamá”
En los inicios, esta
actitud de robo en los niños se da por impulsos. La madre puede
tomar dos caminos: castigar en extremo con golpes, y el otro que es pasarlo por
alto. Pero hay que entender que el niño está satisfaciendo un deseo, está
pasando una etapa de frustración. Y superar la frustración es algo que se aprende,
pero no a golpes.
El niño más grande, de seis en adelante, ya sabe
que es coger algo que no le pertenece. Y si es muy recurrente el problema ya es
psicológico.
Un niño que roba es
diferente a los tres, cuatro, púber y adolescente. En la adolescencia lo común es: Préstame tu lápiz, pero
no lo devuelve. Es una forma
enmascarada de robar. Ya no
lo roba directo, sino que lo toma como una broma.
Las razones:
a. Los niños los toman o
bien porque no tienen o porque se les da todo muy fácil. Pero hay niños que
lo hacen por una vez y nunca más lo hacen cuando se les corrige.
b. La segunda
razón es que el tema del robo tiene que ver con una respuesta a un
sentimiento frustrado y directamente con la mamá. Tiene que ver con un
amor no correspondido por la madre en etapas tempranas: bebe, niño de 0 a 2
años. De una desatención o respuestas equivocadas que pueden tener la mamá con
este hijo desatendido. Por ejemplo el niño pequeño que ve nacer a un nuevo
hermanito y, que empieza tomar cosas, se resigna a que está perdiendo
amor de mama, pero no entiende que la madre debe atender al bebe;
entonces, mamá para corregir las cosas que toma el niño, le da manazos, le
habla, le recrimina, etc. En este caso, la mamá no entiende cuál es el origen
del comportamiento solo está juzgando el hecho. Lo correcto es enseñarle que
las cosas tienen límites y que hay nuevos roles que cumplir y demostrarle que
no lo dejarán solo. Pero si se lo castiga con agresividad, robará más o
mostrará otras actitudes para llamar la atención de la madre.
c. La tercera razón son
los factores familiares: separación de los padres, falta confianza
con los padres, soledad, depresión, autoritarismo de los padres, ansiedad,
un nuevo hijo, etc.
Robo persistente
El niño que roba
frecuentemente está buscando afecto o está tratando reencontrarse con su
mamá. Por eso las mamas, al tratar de corregirlo, deben saber esto y
tener paciencia. Este es el origen de la cleptomanía, es la dificultad de
entender que su mamá ya no le pertenece, que él ya creció.
El componente psicológico
es problema. Hay carencia afectiva importante, hay una carencia emocional
inestable. Cada vez toman más cosas y no les satisface. Ahí se vuelve
problema y hay que buscar la raíz.
Muchas veces este tipo de
robo persistente o psicológico está relacionado con la mentira. Mentira y robo está relacionado con la
frustración: el no saber cómo llevar la frustración o cómo enfrentar una
pérdida o una situación estresante o ansiosa que está viviendo en su entorno.
¿Cómo ayudar?
1. Muchas veces pensamos que
al año los niños son muy pequeños para ser corregidos, pero desde allí toda
conducta debe ser corregida: berrinche, mentiras, tomar cosas, gritos, etc. No
hay que esperar a los tres años para ir diciendo lo que está bien o mal. Mientras
más nos repiten, más consientes somos y nos vamos grabando lo que nos dicen.
Lo mismo con los niños.
2. Al cuarto y quinto año,
no etiquetarlo “haz robado, eres un ladrón”. Enséñele a devolver las cosas,pero evite dañar su autoestima.No golpee,no grite.Se firme,pero trate con misericordia al niño.
3. De seis años en
adelante profundizar en el
origen del robo. Trabajar directamente con padres, más que con los niños. Ya
que depende mucho lo que los padres hacen o dicen y cómo esto está influyendo
en la vida de sus hijos o cómo lo están interpretando.
4. El ejemplo es importante,
si los padres entra al cuarto de sus hijos
deben pedir permiso para
tomar algo de su cuarto. Esto ayuda a que el niño sepa o tome consciencia de
que es correcto pedir permiso para tomar algo. El respeto debe ser paralelo,
los niños también deben ser tratados con respeto, sin gritos o golpes
5. Hay que ser abiertos a
escuchar a los hijos, no desprecien su edad. Ellos tienen
sentimientos, deseos igual que el adulto. No es que yo mando en casa y tu
opinión no vale. Por esto los niños sufren ansiedad y depresión. También la
ausencia de padres en casa los afecta.
6. El tiempo debe ser de
verdad compartir con ellos, no solo para mandar o poner reglas, sino para jugar
y estar presentes en sus vidas, cuando tienen inquietudes, y cuando hay que
poner límites, hacerlo sin ir a los extremos. Si un niño no tiene ese afecto
va a coger cosas para llenar el vacío o va a demostrar cualquier otra
actitud negativa.
7. Hay que tener cuidado como se reacciona, caso contrario, se queda fijado en el pensamiento una idea negativa en los niños. Por ejemplo: el niño dice: “como no pude conectarme con mamá sigo robando” Los adultos que roban dicen: “no pasa nada si me llevo la cinta scotch”
7. Hay que tener cuidado como se reacciona, caso contrario, se queda fijado en el pensamiento una idea negativa en los niños. Por ejemplo: el niño dice: “como no pude conectarme con mamá sigo robando” Los adultos que roban dicen: “no pasa nada si me llevo la cinta scotch”
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