Asumir
un rol que no nos corresponde dentro de las familias se ha hecho muy habitual
en nuestros días, pero es importante señalar que esto es muy peligroso, ya que
distorsiona las relaciones y merma el crecimiento personal y emocional de una
persona.
Transgredir el orden natural que corresponde a cada miembro de la familia puede provocar que las relaciones se desequilibren,provocando enfado en aquel miembro que asume el rol y que sabe que no es el suyo. Pero además puede provocar una desestabilizaciòn de las relaciones padres e hijos; generar culpa en los hijos por no saber cómo parar esta situación. Tambièn se dañan las emociones y se crean graves conflictos en la familia. Inconscientemente la persona puede reaccionar con una necesidad de fracasar,de sufrir y no tener éxito en su vida.
Es muy normal que los hijos de alguna forma tomen algo de sus padres, sea bueno o malo. Los hijos necesitan de sus padres para no sentirse incompletos interiormente.Pero no es normal que traten de arrogarse roles de padres.Ni que los padres actùen como hijos.
¿Qué podemos hacer?
Hay que tomar el control de forma inmediata, una vez que nos hemos dado cuenta de que alguien no esta asumiendo su rol o se està arrogando uno que no le corresponde.
Los roles:
Los padres deben proporcionar cuidado, amor, protección, cariño, respeto, seguridad,
a los hijos.
Las madres tiene una función que es más emocional. Ayuda a que hijos expresen emociones.Si los chicos aprender a expresar emociones, vivirán màs felices.
Los padres ayudan a que los hijos tomen decisiones y esto les ayuda a crecer con seguridad.
Los hijos aprenden de sus padres.Toman muchas cosas de ellos y luego dejan el hogar para luego compartir con sus hijos todo lo aprendido.Los hijos obedecen reglas de los padres.
Lo que no se debe hacer
1. Los
padres tienen algo que les corresponde
solo a ellos, como es una culpa o
méritos personales. Un hijo no debe tomar ni la culpa, ni las consecuencias
de esta. Tampoco debe tomar sus méritos. El hijo debe ponerse límites, de esta
manera respeta a sus padres. Solo con aquello que recibió de sus padres, el
hijo hace algo nuevo y construye su
propio mérito. También se hace culpable y carga su propia culpa.
2. Hay
algo que es común entre padres e hijos. La familia es una empresa en la que
cada una participa y tiene sus obligaciones. Por ese motivo, los hijos también tienen que dar en la
familia, de acuerdo con las necesidades que se presenten. Es decir, los
padres pueden exigir a los hijos que contribuyan a que se cumplan las tareas
comunes. Así una hermana tiene la tarea de cuidar a los menores y los menores
toman algo de ella. Pese a que tiene una responsabilidad, no quiere decir que
sea la madre, pues sigue siendo hermana
y así debe actuar. Todos en la familia lo deben saber y así lo deben asumir.
3.Los
padres no pueden exigir que los
hijos los consuelen, entonces ellos se convertirían en padres de sus padres.
Y los padres en hijos para los hijos. Esto sería una perversión de la relación
entre padres e hijos.
4.Los
hijos no tienen por qué conocer detalles de la relación de los padres, ni los padres
deben contar a sus hijos los problemas de la relación de pareja. Cuando un hijo conoce detalles de la relación de los
padres se arroga una función que no le corresponde, transgrede un orden. Si
los padres contaron algo, hay que olvidarlo. Este olvido se logra retirándose interiormente.
Una buena forma es mirarlos con cariño y dejarlos en su conflicto, tomando de
ellos lo que ambos dejaron. Cuando una persona atenta contra el orden de
origen, es decir, cuando un hijo se arroga el derecho de querer saber lo que
hay entre los padres, y de juzgarlo, entonces se pone encima de los padres.
5. La relación de pareja siempre debe ocupar el primer lugar en la familia. El
esposo debe dar el primer lugar a la esposa y la esposa debe el primer lugar a
la esposa. La esposa estará siempre sobre cualquier familiar o amigo. Solo de
esta manera se protege la relación de esposos.
6. Ningún
hijo o hija puede arrogarse el ocupar el lugar de un padre o madre muerto. Por
lo general, cuando hay un fallecimiento de uno de los padres, los hijos asumen
los roles de la persona fallecida, pero eso no debe ser así. Nunca se podrá ocupar
el lugar de ninguna persona por lo que se hace necesario que se corrija de
inmediato esta situación si ha si se ha estado haciendo.
7. Tampoco ningún hijo o hija puede estar
por sobre la relación de esposos. Muchas veces las mujeres o los esposos
consultan a sus hijos sobre aspectos importantes de la familia, cuando esto se
debe dilucidar entre la pareja. Si el hijo o hija ha estado arrogándose esta función
que no le corresponde, deberá decirle a sus padre o madre, que él no tiene nada
que ver en las decisiones del hogar, que son los dos los que deben resolver
cualquier tema importante de la familia.
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