domingo, 28 de enero de 2018

ESTRÉS EN LA ESCUELA: FORMAS DE AYUDAR



La escuela es un espacio para aprender nuevas habilidades tanto académicas como sociales, sin embargo también es un  lugar que provoca estrés en los niños. En muchas ocasiones puede surgir un miedo o fobia  ir a la escuela. Las demandas de padres y maestros provocan estrés, se produce ansiedad frente a los exámenes y el temor al fracaso escolar.

Si no rinden como se debe, los niños pueden no querer ir al colegio o ir obligado, esto les sitúa en una desventaja frente a sus compañeros. En niños de 5 a 6 años por lo general hay un deseo de no querer ir a la escuela porque no le gusta lo que se hace.

También los niños sienten ansiedad por la valoraciones que se hace de cada alumno y son etiquetados de  retaso mental, problemas de lenguaje, etc. Esto impacta en toda su vida escolar.

Hay que estar atentos a los primeros tiempos escolares ya las primeras dificultades como: peleas, caídas, conflictos como roturas de juguetes o aspectos relacionados con la interacción con sus compañeros.

De 3 a 6 años los niños se muestran dudosos retraídos,  ansiosos, tensos, inmóviles, en sus primera interacciones con el grupo nuevo y formal. Todo dependerá del temperamento para que se dé una adaptación inicial. Si el niño es emocional se estresa, pero si es sociable esto lo amortigua.

Los niños caprichosos y poco razonables, dependientes de los padres, llorones tienen más dificultad. Los sociables están acostumbrados a tratar con otros adultos y niños y se adaptan bien.

En niños de 2 a 6 años los síntomas de estrés son:
•             Conductas regresivas: chuparse el dedo, mojar la cama comerse unas, etc.
•             No querer hablar con nadie.
•             Incapacidad de concentrarse en tareas, desmotivación.
•             Perder sueño y apetito.
•             Irritabilidad inexplicable.
•             Quejas: dolor cabeza, barriga.
•             Problemas con compañeros clase.

Los cambios de colegio se experimentan de igual manera. Las niñas se centran más en las tareas y se comunica menos con los otros chicos, buscan la seguridad del profesor.

Ahora, lo que puede favorecer a la adaptación tiene que ver con las prácticas de disciplina y expectativas de los padres en la educación de sus hijos. Por eso una disciplina basada en un lenguaje duro y castigo físico y bajas expectativas en el desarrollo del niño pueden provocar agresividad y rechazo de los iguales. Si no se disciplina correctamente, más la desobediencia del niño, llevan a no saber autorregularse y fracasa en habilidades sociales.

Los niños   temen a las demandas escolares. Es la primera fuente de estrés. Le preocupa las otras, las exigencias de las tareas en casa. La segunda fuente de estrés son las interacciones sociales, sobre todo para las chicas. Tienen miedo a sentirse solas en clase o en el recreo. La tercera fuente de estrés es el trato con los profesores que puede mostrar favoritismos.

La disciplina en clase es percibida como fuente de estrés sobre todo por lo varones y más por lo más pequeños. Temen la reprimenda o castigo público, tener dificultades con la profesora o profesor. Otros estresores son las actividades extras, hablar en público más para las chicas.

Fracasar en el rendimiento escolar es un estresor importante incluso a los 7 u 8 años y causa de consulta psicológica, dificulta la adaptación y la aceptación de los otros. Las demandas escolares ponen a prueba sus capacidades y desafía en varios frentes.

Además pueden haber niños muy desmotivados por en los  estudios. En esos casos si ya es grande se le puede mandar a trabajar y allí él mismo madura y entrará a estudiar  luego y  si no se interesa pese al apoyo de padres por el estudio es mejor dejar que fracase y que siga con los estudios a su ritmo.

Un caso muy particular a tomar en cuenta son los niños cuya conducta no está bien establecida a los 6 o 7 años. Ellos pueden oponerse, negarse y ser rebeldes ante la exigencia escolar y no llevar los trabajos, los libros a la escuela, no realizar tareas en el aula. Abiertamente rehúyen al trabajo escolar.

Esta rebeldía más la incapacidad del niño impulsivo, hiperactivo, inmaduro, hace que se sientan aburridos y no soporten la escuela. Por lo general se levantan, molestan, se aburren.
 A estos niños hay que:
·         Crearle hábitos de trabajo,
·         Actividades extra, de forma controlada y socializada,
·         Organizando con detalle la, actividad del niño y los tiempos libres.


 Para evitar estrés escolar se puede tomar las siguientes medidas:

·         Familiariza al niño con la escuela, llevándola a conocer y hablando con amiguitos que asisten allí.

·         Siempre hablar de forma positiva de la escuela, indicando en que es un paso para aprender cosas nuevas y valiosas.

·         Acostumbrar al niño a actividades que se pueden desarrollar en escuela  e incluso con el material y trabajar con tiempos en dibujo libre, recortar cosas, leerle cuentos, modelar plastilina, etc.

·         Padres deben estar  en contacto con profesores los primeros años de escolaridad, ya que los inicios de como afronte el trabajo escolar son determinantes para su éxito.

·         Pedir al niño que cuente como le fue en su día escolar y le muestre materiales y productos terminados. El valor que dan los padres a aquello que hace el niño en la escuela impacta en la motivación de este para el trabajo escolar.

·         Hacer comprender que lo importante es hacer el trabajo escolar diario y esforzarse, aunque no se consigan resultados eficaces al inicio.

·         No proyectar en los niños ansiedades o perfeccionismos en cuanto a dominar algo.

·         Afrontar los resultados incompletos con relajación, haciendo entender al niño que se le quiere y que es muy importante para el padre y que le van a ayudar a enfrentar las dificultades.

·         En caso de niños desobedientes e inmaduros, que actúan como si tuviesen menos edad, se debe mantener el cariño y la valoración. Se debe tener paciencia en el proceso de su aprendizaje ya  que este tipo de niños adquieren competencias con más lentitud y esfuerzo que otros. Debe recibir clase extracurriculares, más atención personalizada por el profesor con adaptaciones curriculares que le permitan ir a su ritmo.

Lo que se debe evitar:
·         Debe evitarse de forma tajante que el niño se quede en la casa, ya que es una conducta inadaptada para controlar el ambiente.

·         Se deberá sobreproteger excesivamente al hijo dejándole en casa o reforzando este comportamiento dependiente o temeroso. Se debe dar al niño más bien un programa alternativo.

En cuanto a las dificultades de aprendizaje, se puede ver niños que no están interesados en aprender a leer ni las matemática porque no tienen esas capacidades. Son niños inquietos que buscan la actividad física, quieren conocimientos sobre animales o coches o con interés lúdicos.

Otros niños tienen déficit  o dificultades para la escritura matemáticas, son materias esenciales que si no las dominan están destinados al fracaso y difícil adaptación. Estos niños están en la media de inteligencia, no presentan daño cerebral. No aprenden de la misma manera que los otros, pero necesitan procedimientos de instrucción más potentes y más individualizados. Puede parecer perezoso y sin motivación. Si no aprende se frustra y se siente capaz de aprender.

A los 6 y 7 años de edad el niño ya se da cuenta del éxito o fracaso suyo. El éxito ayuda a incrementar el auto concepto positivo y sensación de auto eficiencia y se consigue capaz de conseguir futuros éxitos en el futuro. El fracaso disminuye la confianza en sí mismo para lograr éxitos futuros y forma una visión pobre de sí mismo y negativa.

Los padres pueden hacer mucho para ayudar a estos niños a enfrentar el fracaso escolar. Se necesita que ambos tengan claridad del problema .Muchas veces niegan o minimizan el problema y no ayudan a resolverlo; en otros casos suele culparse de sus fracasos o se lamenta. También muestra incomprensión ¿Por qué no puedes aprender como tu hermana? Tratan de huir o levarlo al psicólogo.

Si el profesor hace una valoración del alumno, esto pesa en la aceptación social y preferencia que muestran los compañeros. Muchos niños rechazados  a esas edades escolares son niños con dificultades de aprendizaje y fracasos escolares.

Lo que puede hacer los padres:
·         Apoyar con cariño que compense la desvalorización del niño y dedicarle tiempo.

·         Animar y destacar sus aspectos fuertes: deporte, juegos, habilidades, destrezas manuales, interés, etc.

·         Demostrar que se le acepta como 

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