Un berrinche o rabieta es un estallido de las emociones y se da cuando un niño no puede obtener lo que quiere. Por lo general, ellos piensan que deben obtener todo, en especial cuando son muy pequeños, donde son muy egocéntricos y dicen “solo para mí”. Pero el niño debe aprender que no todo puede obtenerlo o no todo es bueno para él. El niño necesita decepcionarse, pasar por la tristeza para aprender a esperar.
La especialista, Guadalupe
Zaghinni, afirma que desde pequeños debemos enseñar que no todo lo que se
quiere se lo obtiene de inmediato. Pero también dice que es necesario
esperar y otras veces esforzarse. Señala que, como padres, debemos enseñarles
que cuando hay adversidad, hay que salir adelante.
Te dejamos con las
siguientes claves para regular esta conducta:
1. Poner atención a la
intensidad de las reacciones. En los primeros años es normal que el niño
sea atendido en sus necesidades básicas. Pero a partir del año ya hay que empezar
a enseñar a esperar. “Mami está ocupada, espérame un momento”, por ejemplo. De
esta manera el niño se autorregula sanamente y aprende a esperar.
2. Cuando los niños se
expresan de manera equivocada, con rabietas y berrinches, quiere decir que en
casa no se le ha dado una estructura correcta frente a sus pedidos. Es decir,
no les hemos enseñado a esperar o les hemos dado las cosas de inmediato para
evitar sus bullas.
3. Es importante el ejemplo
que recibe de los padres. Es bueno que te preguntes como padre: “Yo como
padre también actúo así? ¿Yo espero o quiero las cosas ya? Recordemos que los
niños aprenden lo que ven en sus padres, por eso, hay que tener mucho cuidado
de cómo son nuestras reacciones frente a nuestras frustraciones.
4. Si ya las rabietas ya son
frecuente y tenemos niños tiranos, hay que empezar nuevamente. No darnos por
rendidos. Nadie nace aprendiendo a ser padres, pero es momento de empezar a
actuar con firmeza, pero también con amor. Podemos decirles: “Tienes derecho a
estar enojado, pero no tienes el derecho de hacer daño a otros. Quiero que te
calmes y luego hablamos”. Entonces después de que se calmó, hablar acerca
de su actitud y decirle que no se va a permitir que actúe de esa manera.
Finalmente, se le explicará las consecuencias que traerá su comportamiento.
5. Evitar caer en la amenaza. Muchos padres caen en la amenaza y los
chicos llegan a funcionar de esa manera. “O te portas bien o de quito la tele”.
Con ello estamos demostrando que no podemos tener el control sobre ellos. Y que
solo obedecerán por miedo. No queremos que nos tengan terror a los padres, sino
que sean colaborativos, solidarios.
6. El padre debe saber que
no puede frustrarse con la frustración de los niños. Tenemos que calmar a los
niños, pero primero debemos calmarnos nosotros como padres. No podemos ponernos
a gritar igual que ellos porque nosotros somos los adultos.
7. Evita caer en la culpa.
No debes sentirte culpable de disciplinar de manera adecuada. Los niños
necesitan corrección de sus padres. Y cuando habló de corrección, no hablo de
golpes o gritos, sino de reglas muy claras para que no haya
contradicción. Los dos padres deben estar en acuerdo de las normas y hacer
cumplir las consecuencias con firmeza, pero no con grosería.
8. Validar al niño. No
podemos decirle eres un niño malo porque bajamos la autoestima. Lo que se
trata es de enseñarle a moldear su carácter. Puedes decirles: “Entiendo que
quieres el juguete, pero primero la comida” “Debemos comer lo que hay”.
9. No aplicar la ley del
hielo. Muchos chicos usan las palabras te odio, muérete. Es parte de la
respuesta de frustración de un niño. Está lleno de rabia, pero en el fondo
no lo sienten así. Hay que corregir. Decirle como te está afectando
sus palabras:” Lo que me dices me duele porque te quiero” “Me lastima mucho,
pero entiendo que es parte de tu cólera, es parte de tu frustración”
10. Niño único y que pega a
otros. El niño único está acostumbrado a tenerlo todo, no quiere prestar. El
niño es egocéntrico. Hay que decirle que no se pega y tranquilizarlo. Aquí de
igual manera debemos calmarnos y luego se calmará el niño. Luego de 15 0
20 minutos decirle: “Ahora si vamos a pedir al niño el juguete".
11. Establecer rutinas.
Estructurar un horario. Horario para todo, pero sin llegar a la rigidez.
Y si el niño quiere ver televisión antes de comer, podemos decirle:
“Primero debemos comer y luego ver t.v". Evitar las contradicciones
que es un error muy frecuente donde el adulto no deja ver al niño su película,
pero el adulto si ve sus novelas. Si el niño aprende un orden, irá
desarrollando confianza con el mundo. Si no hay orden el niño crece con
mucha ansiedad. Si el niño ve un mensaje de contradicción empezará a manipular.
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