miércoles, 31 de enero de 2018

REACCIONES DE LOS HIJOS EN EL DIVORCIO


Reacciones  de un niño  ante el divorcio de los padres

De acuerdo a los estudios existen una serie de reacciones frente al divorcio de los padres en los niños. Los efectos que se produzcan dependerán más  de la edad, el sexo del niño y las circunstancias que rodean la separación.

En un estudio realizado en la década de los 80 se vio que los niños más pequeños se afectaron más que los mayores, mostrando tristeza, temores, problemas de conducta, pero se recuperaron mejor que  los mayores sin mostrar secuelas.

Pero además de este estudio, se dice que en niños pequeños se puede vivir con más normalidad, si se mantienen las rutinas de la vida y la calidad de apego. Pero si el divorcio tiene además condiciones poco sanas, peleas frecuentes, breve matrimonio, etc, las secuelas pueden ser mayor en el niño que no ha tenido una relación normalizada en su primera infancia. Estas secuelas en sí son las siguientes:

·         En niños de más de 6 años, los varones parecen tener más riesgo de tener problemas en la escuela que las niñas y mostrar más síntomas  Esto se debe a que las niñas siempre se podrán comunicar mejor con la madre.

·         Las  niñas los pasan peor si quedan bajo la tutela del padre o si la madre se vuelve a casar.
·         Las niñas con madrastra o padrastro tienden a mostrar más síntomas externalizados e internalizados.

Lamentablemente, hoy en día son más los divorcios y los niños realmente la pasan muy mal por las implicaciones que conlleva todo este proceso. Pierden el acceso a sus padres, o a uno de ellos, se producen cambios en el entorno y condiciones de vida o se produce hostilidad entre los padres e intrusión del sistema legal.

La madre al tener la tutela de los hijos manifiesta estrés físico y psicológico por lo que pierde el deseo de atenderles adecuadamente a los hijos. Los niños pequeños siempre echaràn de menos al padre ausente. El impacto es muy fuerte en especial en los varones, ya que la presencia del padre le ayuda a tener un desarrollo cognitivo òptimo, le ayuda en la identificación de género, le enseña asertividad y otras habilidades.

La pérdida de un padre por divorcio es vivida con mayor intensidad que la  separación por trabajo o viaje. Surgen emociones de agresividad hacia uno de los padres y lo responsabiliza del divorcio o se culpa a si mismo. La agresividad también puede darse con el padre que se fue al no dar su apoyo.

En niños escolares el divorcio le provoca baja estima, bajo rendimiento académico y escasas aspiraciones.

Los cambios que se dan luego del divorcio se vuelven estresantes para pequeños y mayores. Al romperse la relación la situación económica cambia, se pierde la calidad de vida y afecta al rendimiento escolar.

Si los padres se vuelven a casar, los niños lo interpretan como inestabilidad y estrés. Pero si no se casan y visitan frecuentemente a cada padre, puede ser positivo. También puede ser perjudicial que se de violencia física verbal y física entre los padres luego del divorcio. Los litigios legales los involucran a tal punto que a veces a los niños les llevan a decidir con quién quedarse, pero esto no ayuda. Ya que los padres deben ser quienes se pongan de acuerdo de buena manera. Así se evitan venganzas por parte del progenitor que puede sentirse rechazado.

Hay que evitar más riesgos de estrés en los niños y evitar hostilidad entre los padres, evitar desacuerdos económicos o sobre la crianza de los hijos. Evitar el odio hacia uno de los hijos o progenitor, ya que puede actuarse con hostilidad hacia los hijos. No bloquear la relación progenitor e hijos.

Medidas preventivas:
·        No intentar eliminar al padre de la vida del niño. Creerá que ha desaparecido bruscamente de su vida y se le hace un daño muy grave a la vida emocional.

·             Evitar expresarse mal de uno de los progenitores y manipulando el cariño del niño solo hacia uno.
·      No implicar al niño en las disputas o tensiones usándole como emisario de recados. Puede hacerle sentirse culpable y alejarse del otro que es muy necesario en su desarrollo en especial de los varones que necesitan a su padre.

·         No pelearse delante del niño cada vez que lo va a recoger, ya que es traumático y de graves consecuencias para el niño y peor si se le implica en ponerse a favor de uno.

Claves para ayudar al crecimiento sano del niño y la relación luego de un divorcio

·         Respetar los acuerdos de visitas. No se puede privar al niño de la presencia de su padre, a menos que sea declarado y diagnosticado como peligroso. Por lo general es la madre la que actúa así para presionar mayores recursos o por despecho o revancha. Este es un comportamiento egoísta que no tiene en cuenta las necesidades de los hijos y de las consecuencias a largo plazo. Prefiere alargar el sufrimiento de ella misma y de los niños.

·         A los niños se le puede decir naturalmente: “hoy vas a tener dos casas y vas a estar con papà todo el tiempo que quieras”. Llevar de esta manera el régimen de visitas da seguridad y apego afectivo con el padre, da seguridad al niño de tener a su padre y desarrollar relaciones saludables con él. Ayuda a que los niños se adapten a la nueva forma de vida y la madre se puede relajar más.

·         Dejar en claro que no ha perdido al padre y que lo seguirán teniendo en su vida. Se le puede decir: “Ahora veràs que alegre se pondrá papá cuando sepa que te has lavado los dientes solo”. También se le debe crear expectativas positivas sobre las visitas al padre. Hay que quitar los temores de que el otro progenitor no cuide bien a los hijos, ya que  lo importante es la relación que se dé. Y con el tiempo cuando crezcan ellos mismos escogerán que tiempo quieren estar con el otro padre.

·         Los padres deben mantener contacto para resolver sobre todo aspectos y decisiones relevantes para la vida de los hijos. Los niños toman con alegría que los padres se preocupen por sus necesidades. Además que así los padres comparten responsabilidades y enriquece las decisiones con los dos puntos de vista.

·     Procurar que la experiencia de fin de semana con el padre sea enriquecedora con actividades divertidas para los niños y que quieran volver la próxima vez.

·         Buscar lo antes posible una estabilización en cuanto a reglas y rutinas. Los niños no pueden soportar circunstancias muy alteradas o ambientes desestructurados. El niño tiene claridad sabe que no habrá cambios frecuentes, ni desorden y se adapta mejor a las figuras de apego.

        La inadaptaciones se dan cuando los niños pequeños ven cambios bruscos, cuidadores que no son los de su apego. Si algo así se da es mejor buscar una solución para mejorar la situación. Es preferible sacrificar intereses personales y pensar siempre en la comodidad y bienestar de pequeños.

·         Si hay hostilidad entre padres, es mejor que no se hable mal del otro, ni que la familia lo haga. Hacer ello hace que el niño pierda la confianza en el otro padre, puede evadirse o enfadarse. Puede hacer que no quiera visitar al padre o la familia. El niño puede revelarse contra el progenitor que habla mal del otro. Pueden sufrir mucho y pasar llorando. Pueden sentirse solos y marginados ante los adultos que hablan mal.

·         Mejor hablar bien uno del otro. En caso de hostilidad los niños pueden desvalorizarse o deprimirse. Hay que decirles que la disputa no es por ellos. Hay que decirles que pese al divorcio se les seguirá amando igual, así ellos no tienen que manipular a ninguno.

·    Hay que evitar que tomen partido por alguno de los dos, ya que si no se lo hace tiene graves consecuencias para la identidad de género y la estima y el relacionamiento sano con el padre.

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