lunes, 29 de enero de 2018

CLAVES PARA BUENA AUTOESTIMA EN NIÑOS



La familia es un espacio muy importante para el niño. Allí se forman las relaciones de afecto, lo cual le permite crecer y desarrollar importantes habilidades y adquisición del conocimiento. Lo que aprenda en casa le permitirá aplicar en su vida futura. Por eso el entorno familiar debe ser afectuoso, el niño debe sentir que es cuidado y apoyado. Solo así crecerá de manera saludable y con buena autoestima.

Si la familia se deja absorber por demasiadas demandas, el niño no podrá desarrollarse adecuadamente. Si vive inmersa en conflictos, el niño se estresará más. Si bien es cierto no es posible evitar los cambios o circunstancias que están afectando a la familia, en lo posible se debe minimizar los efectos en los hijos.

Si la madre y padre trabajan, es importante también coordinar momentos para ayudar en las tareas a los chicos. Si hay un divorcio hay que hacer lo posible para que ellos sean menos afectados. Hay que trabajar para que haya menos violencia intrafamiliar. Y si uno de los padres está desempleado hay que animarlo para que busque trabajo y apoyarlo psicológicamente.

Algunos de los estresores que pueden afectar al niño son: falta de afecto, nacimiento de un nuevo hermano, muerte de un padre, el divorcio de padres, maltrato, testigos de la violencia.

La familia como vemos en muy vital para el niño. Pero además el entorno influye mucho en su desarrollo. Si es un entorno empobrecido, puede influir de manera negativa e intensa en su crecimiento. El niño necesita de juguetes, colores, objetos para tocar lo que permite el desarrollo de habilidades motoras y finas. Además de los  estímulos sensoriales, auditivos y visuales, debe haber juegos, mimos, cuidado y afecto. Familias en extrema pobreza, por ejemplo, muestran un retraso en el crecimiento normal. 

Problemas que deben mejorarse en los primeros años de vida del niño:

•            La falta de atención a las necesidades del niño.
•            No se gratifica al niño
•            Falta de afecto y cuidado físico
•            Separación brusca de los cuidadores
•            Desajuste en el niño luego de ser atendido
•           Fracaso en modificar la conducta del bebé una vez atendido, sobre todo en bebès emocionales o enfermos.

Los niños que no han tenido buena atención  tienen un crecimiento físico, cognitivo, social y afectivo deficiente. Incluso se dice que niños hospitalizados tienen más alto riesgo de morir si han sido sometidos a entornos poco estimulantes y faltos de afecto.



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