Los celos tienen su origen en la infancia,
donde los intereses egoístas del niño son muy visibles, pero a la vez naturales, por lo que no hay que asustarse. Son una
de las funciones psíquicas de la vida erótica por las que pasa el ser humano.
Los celos ayudan al desarrollo ulterior del niño y lo ayuda a que se diferencie
de los otros.
Los celos son un sentimiento de hombres y mujeres que se aviva desde el nacimiento. Los
celos están basados en la envida, ya que considera que el amor que le
corresponde solo a él, se le ha quitado o está en peligro por la presencia de
un rival.
En los celos hay tristeza y dolor por el
objeto erótico que se cree perdido. Hay sentimientos hostiles contra el rival
preferido, hay una autocrítica, se hace responsable a sí mismo por no haber
sabido cuidar ese amor.
Existen celos normales y celos delirantes que
pueden llevar a la paranoia, es decir le puede trastornar mentalmente y puede manifestarse en la vida adulta. Esto se puede ver en personas egoístas,
narcisistas y que tienen baja autoestima.
Los celos producen dolor
y miedo a ser desplazado
El celo es una sospecha, inquietud, recelo de
que el ser amado haya puesto o ponga su cariño en otro. Los celos son un temor
a la exclusión, temor a que la persona amada dirija su amor a un rival real o
imaginario. Este sentimiento de desplazamiento produce un dolor insoportable en
la persona.
Pese a ser un sentimiento normal, que permite
el desarrollo emocional de las personas, su influencia está vinculada con la inseguridad e
inmadurez de la personalidad asociada al período de la infancia o adolescencia.
La socialización del niño se distorsiona,
se daña y luego se extiende a los grupos
con los que relaciona. Se puede ver claramente como el niño se siente inquieto
y con iras hacia otros niños.
Los niños en la infancia son especialistas en
comparar, ya que cada uno descubre las diferencias que le permiten definirse
mejor.
Proceso de los celos en la infancia
Los celos surgen desde los nueve meses, donde
el niño ha alcanzado estatus psíquico. Si el niño tiene menos de dos años, los
celos le ayudan para diferenciarse del otro:“somos dos personas distintas”.
Los celos en esta etapa protegen al niño de
caer en confusión del yo y los otros. Por eso esta etapa es importante porque
aquí se marca el inicio de las relaciones sociales.
Los celos son vividos con mayor intensidad en
la etapa edípica (3 a 5 años), donde se puede ver que los niños tienen un apego
especial por el padre del sexo opuesto: el niño a la madre y la niña al padre.
Con el tiempo, el niño renuncia a la madre
por el temor a la castración. Es decir, al ver que su madre no tiene pene
piensa que su padre le ha castrado y por
temor a que el padre le castre a èl, se separa de su madre y se dirige a su
padre y allí reafirma su identidad
masculina.
La castración es importante en la
constitución de sexualidad humana. La persona adulta experimentarà de vez en
cuando la amenaza de un tercero sobre la relación amorosa. La antigua cicatriz
vuelve a abrirse y se experimentan los celos por el temor a no poder retener el
objeto amado y ver que el amor se muda a
otro.
En la etapa edípica se viven las mayores
expresiones emocionales como celos, amor, odio, miedo. Surgen en el momento en
que alguien quiere arrancar la fantasía que existe hacia la madre. Una vez que
el niño se identifica con el padre y ha aprendido a reprimir sus instintos
sexuales, disminuyen esos sentimientos o fantasías. Pero vendrá luego una
segunda etapa edípica en la adolescencia, donde persistirán pequeños y normales
momentos de celos.
Los celos del niño en primera instancia son
hacia el padre a quien ve como rival y luego el celo es hacia el hermano que
viene. Poco a poco el niño ira alcanzando individualidad y aprenderá a
reconocer como bueno el vínculo que existe entre sus padres.
Son los golpes que recibe el niño, el ver a
su padre que es objeto de amor de su madre, el que disuelve la fantasía hacia su progenitora. El
niño por supuesto ante esto creerá que no puede conseguir nada, que todo le
sale mal. Por eso hay saber explicarle
porque no debe ser esposo o esposa de mamá o papá.
Cómo ayudar al niño a superar los celos
Para evitar que el niño se sienta rechazado, desplazado,
como miedo a perder el amor, o crezca con
sentimientos de minusvalía es necesario ayudarlo a salir de buena manera
de su fantasía de amor hacia su madre o padre.
1.
Hay que ayudar al niño a identificarse con el padre. La madre debe ir separándose
poco a poco del niño a partir de los 3 años de edad. Así el varón podrá identificar
su rol y masculinidad.
En esta etapa el niño quiere casarse con mamá
y la niña con papá. Están en una etapa de confusión y hay que ayudarlos a
comprender mejor las relaciones familiares. Si el niño le dice a mamá que
quiere casarse con ella, hay que decirle
que no puede ser porque ya está casada con papá y que cuando se grande él
conocerá una chica de la que se enamorará y se casará con ella.
Hay que evitar burlarse de ellos ante estas fantasías. Y peor lastimar sus
sentimientos.
2. Mantener en pareja momentos a solas y
enseñar a los hijos a respetar esos momentos a solas. No dejarse absorber por
ellos por más que sean adorables. Los hijos deben conocer su lugar.
3. Si se tiene hijos del mismo sexo, y casi
de la misma edad, hay que evitar las diferenciaciones y más bien dar las mismas
atenciones y afectos a los dos. La madre a los dos debe explicar que cuando
sean grandes conocerán a su chica y se casarán.
4. Si hay separación o crisis matrimonial el
niño se sentirá culpable pensando es que él es el rival y que por su causa se
da el problema. Hay que aclarar bien el asunto
con él.
5. Las niñas de igual manera se enamoran del
padre. El padre debe decir lo mismo: Estoy casada con tu madre y tú cuando seas
grande también encontrarás alguien que se enamorará de ti y se casará. De esta
manera la niña entenderá cuál es su lugar en el hogar.
6. La niña debe pasar mucho tiempo con su
madre para que se pueda identificar con ella.
7. En la adolescencia dejar que las chicas
tengas sus ídolos cantantes para que allá dirijan su amor y fantasía.
8.Si no se resuelve bien el conflicto de Edipo
o el enamoramiento del padre opuesto, el niño crecerá con este problema hasta 30
años y más. Seguirá buscando a la mujer perfecta
o a la mamá, o bajarán los novios o
novias a sus amigos, se enamoran de imposibles. También serán personas que van
de pareja en pareja buscando sentirse plenos o se enamorarán de personas mayores.
En el fondo quieren conquistar al papá y a la mamá. O allí viene un tercero
porque les resulta difícil unir sexualidad con amor y ternura.
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