Todas
las personas recurrimos a mecanismos mentales
para gestionar sentimientos y emociones. Estos mecanismos en sí pueden provocar problemas en nuestras vidas. Aunque
parezcan la mejor opción, no es así. Debemos estar alertas para ver que recurso
estamos utilizando para gestionar las crisis. Solo así podremos reducir el
estrés y la preocupación.
Mantenernos
en estado de alerta nos hace conscientes de los verdaderos pensamientos y sentimientos.
Muchas veces nos llenamos de cosas, huimos o maltratamos para esconder una emoción muy oculta que puede llevarnos a cometer actos inesperados.
Debemos saber que no sirve de nada esconder lo que sentimos, simplemente enfermamos mas nuestra mente y cuerpo. Lo correcto es aprender a identificar la emoción real y gestionarla adecuadamente. Si
hay algún problema con alguien hay que expresar esas emociones y sentimientos y
buscar soluciones conjuntas.
Siempre hay que buscar los aspectos positivos,
comprender que las relaciones acaban y empiezan. Hay que dejar de sentirse
victima porque hay algo superior que siempre estará con nosotros. Es bueno ir
cortando y desapegándose, agradecer lo vivido y considerar que es mejor estar
en paz. Una vez que se ha hecho este desapego viene la acción. Se actúa sin
resentimientos, sino con amor y una mejor relación con el mundo.
Los
viejos rencores, juicios, resentimientos deben salir. Solo sanos emocionalmente
sanaremos de las heridas corporales. He aquí la oportunidad para elegir de
nuevo como quiero vivir cada situación, si con lamento o ir soltando lo
negativo que intoxica el sistema nervioso y el cuerpo.
Los
programas dañinos nos atan a emociones sujetas a culpabilidades inconscientes,
odios hacia nosotros mismos, creyendo que no somos merecedores de cosas buenas,
sino de castigos. Por todo ello, hay que acabar con los mecanismos de defensa y aceptar que debemos mejorar y aprender a ver las cosas de diferente manera.Hay que aprender a buscar ayuda cuando no sabemos qué hacer. Evitemos y dejemos los siguientes mecanismos de defensa :
Represión: Reprimimos emociones y sentimientos
de forma inconsciente. Este mecanismo nos lleva a la negación y a la proyección.
Proyectamos en los demás las causas de nuestros malestares. Reprimir provoca:
cambios de carácter, lleva a soportar tensiones y síntomas físicos como:
dolores de cabeza, hipertensión, insomnio, indigestión, etc.
Proyectar
es negar la emoción para liberarnos de sentimientos de culpa o emociones de
miedo. Culpamos a otros de nuestras desgracias. Caemos en el victimismo y
culpamos a otros de todo. Surge la justificación para atacar a los demás,
darles muerte. La proyección justifica todo. Eventos de esto son: el holocausto,
guerras étnicas, etc.
La expresión: Aquí en cambio se sacan las emociones
de manera desbordada, sin importar los sentimientos de los demás. Se vomita
sentimientos creyendo que a través de ello nos liberamos. Lo único que se hace
con esta actitud es quitar presión, pero los sentimientos se vuelven a cargar
una y otra vez.
Para
lograr un cambio es bueno poner los sentimientos y emociones al descubierto
para comprenderlos, lograr una nueva percepción sobre ellos y cambiarlos por
otros. Ser desagradable no garantiza el respeto, sino que la gente se aleja màs.
Hay que preguntarse para que llevo a ese nivel mis sentimientos.
El escape: Consiste en llenar nuestra vida de
quehaceres, trabajo, ruidos, fiestas, etc. Lo que se trata es de mantenerse
lejos de los problemas manteniendo las mentes ocupadas en cosas superficiales.
Esto solo mantiene a la persona dormida, aislada y puede llevar a la persona a
conductas adictivas.
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