jueves, 23 de marzo de 2017

CLAVES EFECTIVAS PARA PERDONAR



Es difícil perdonar a alguien que nos ha hecho mucho daño  y que nos ha causado tanto dolor. Pero es importante  perdonar porque así sanamos no solo el alma, sino nuestro cuerpo y nuestra mente.

Quienes se niegan a perdonar viven sentimientos de amargura, de odio, de ira, de venganza. El corazón se endurece totalmente y vive siempre  en ira crónica. La ira a la vez provoca enfermedades graves como  migrañas, hipertensión arterial, depresión.

Las personas no saben cómo perdonar, lo intentan pero no pueden, y es comprensible, porque el daño causado es grande y el dolor es profundo. El alma está herida y no puede procesar bien el amor, porque se  ha bloqueado  una parte primordial de su vida. Pero es necesario sanar y llegar al amor y la misericordia para poder  tener otra calidad de vida.

Hay que recordar que el negarse a perdonan solo trae más amargura y dolor. Negarse a perdonar  trae malestar físico, dolores fuertes de cabeza, bloqueos mentales, somnolencia. Muchas veces no se sabe porque esos malestares, pero en el fondo es el dolor profundo que esta enraizado y que empieza a cobrar su factura.

El escritor  y psicólogo Walter  Riso, dice que  perdonar es recordar lo que paso, pero sin llegar al odio. Se trata de quitar el rencor y los deseos de venganza, es dejar morir al resentimiento que nos carcome el alma. Es poder ver a los enemigos sin odiarlos para alcanzar la paz interior.

El perdón no es olvido. Toda la información del exterior queda grabada en el cerebro, no se borra, aun el dolor que nos causaron, se queda allí; pero cuando empezamos a vivir el proceso del perdón poco a poco se va experimentando menos dolor al recordar el hecho doloroso. Del hecho doloroso hay algo que aprender, es una experiencia que luego será recordada de otra manera.

Perdonar no es olvidar lo que paso. Es muy peligroso decir, no hablemos del tema. En realidad hay que hablar del dolor, hay que hablar de la ofensa, caso contrario caeríamos en la negación y afectaríamos nuestra salud. Caer en negación es  decir: "esto no pasó", "no fue nada"

Perdonar tampoco implica soportar agresiones. Muchas veces es necesario llegar al perdón del agresor o la persona que nos afectó, pero eso no quiere decir que seguiré aceptando agresiones o malos tratos. Si esas actitudes continuaran, y fuera peligroso,  es mejor alejarse.

¿Cómo entender el perdón?
Considerar el camino del amor. Dar paso al amor ágape.El amor ágape es mas que el amor sexual o emocional.Es ser capaz de morir  al egoísmo, cambiar actitudes y o carácter que daña al otro, es desacomodarse para dar al otro bienestar y valor. Debe ser un amor profundo y sincero. Cuando hay amor sincero, no cabe nada más. 

Muchas veces queremos que todos tengan misericordia de nosotros, pero para el que nos hizo daño, pedimos castigo y muerte. ¿Qué pasa cuando nosotros cometemos un error? ¿Cómo queremos ser tratados?. Responder a estas preguntas nos  llevan a ser más equilibrados en nuestros juicios.

Pongámonos en el zapato del otro. ¿Por qué reacciono así?, ¿solo él es culpable o hay en mí también culpa?. Muchas veces ir por el camino de la comprensión nos ayuda a entender los motivos que llevó a la otra persona a reaccionar de la manera que lo hizo. No se trata de justificar el acto, sino de discernir  qué paso.

Decidir  dejar de odiar. Hay que llegar al punto de decir: “Me cansé de odiar”, “Me cansé de sufrir”. Tomar esta decisión es un regalo que nos damos para vivir en paz. También podemos  imaginarnos qué hubiéramos hecho si hubiésemos estado en el lugar del ofensor. Hay que llegar al entendimiento de la situación si nosotros hubiésemos estado en el lugar del ofensor.

Renunciar a la venganza. El deseo de venganza es muy instintivo, se quiere que “el otro sufra lo que sufro”. La venganza trae mucho placer, pero hay que evitar caer en ese juego, porque puede generar mucha violencia y en lugar de sanar la herida se puede hacer más grande y se puede causar más daño a los que están alrededor. Nos pueden quitar todo, pero menos la capacidad de decidir cómo responder a una agresión. Cuando decidimos pagar con la misma moneda se da al agresor la llaves para justificarse y decir: "Allí esta, yo no soy el malo. Mira lo que ella o el me  esta haciendo". Si hacemos algo por venganza, damos al otro más motivos para seguir agrediendo. Aun en medio de todo lo malo que el otro ha hecho, hay que mantener el respeto, la cordura. Muchas veces la respuesta pacifica, le hace avergonzarse al agresor, le puede hacer reflexionar y no aumentar el grado de violencia en la relación. Si entramos  en venganza tarde o temprano quedaremos tan culpables y sucios como los agresores.Los que logran perdonar están más cerca del amor.

¿Por dónde empezar el perdón?
1. Si tienes un motivo de resentimiento y odio, déjame decirte que tienes todo tu derecho de sentirte así  tienes todo el derecho de estar indignado/a. Nadie puede entender tu dolor porque cada herida es única. Tienes todo el derecho a estar enojado/a y expresar tu ira. Saca todo lo que puedas, saca tu enojo, llora las veces que sean necesarias, si quieres odiar, odia; si quieres gritar, grita. Saca todo tu dolor. Si crees que no tienen perdón de Dios lo que hizo la persona, está bien, dilo. Si crees que no se merece tu perdón, está bien dilo. Saca todo lo que puedas y, si no lo has podido sacar hasta ahora, busca ayuda profesional para  que hables de toda tu ira y tu enojo. Es bueno vivir la ira y el enojo, es bueno expresar lo que uno siente.

2. Solo cuando estés  listo a perdonar, perdona. Si todavía sientes que tus sentimientos de ira siguen, vuelve a expresarlo, vuelve a hablar acerca de tu enojo. No lo calles. Prepárate para sanar. Poco a poco. No necesitas ser presionado o presionarte para perdonar. Di lo que sientes, vuelve a llorar, vuelve a gritar, vuelve a  negar tu perdón si quieres. Es sano que lo hagas. Son largos años de dolor causado, tienes tu razón de estar así. O quizás es reciente el dolor que te provocaron, también tienes razón de estar  enojado/a. Estás en tu derecho, no debes justificarte ante nadie. Es tu dolor.

3. Una vez que has podido hablar de tu ira, de tu enojo. Ahora es tiempo de empezar el proceso de perdón,  sanación de  alma y del cuerpo. Da miedo, da susto, el cuerpo tiembla, pero sabes que vas a sanar. El sentimiento es fuerte, muy fuerte. Te sentirás así porque al fin te vas a deshacer de algo que te ha estado oprimiendo por años y es normal. Es algo que te oprime y hay que sacarlo.

4. Puedes ir a un lugar donde estés solo si quieres. Entonces  di el nombre del agresor, el ofensor y perdónalo: “Jorge  yo te perdono,  en el nombre de Jesús”. El nombre de Jesús tiene un  poder  inconmensurable. No le vamos a decir directamente a la persona. Quizá ya esté muerta o este en otro lugar. No es necesario hacerlo cara a cara. No es necesario buscarla y decirlo directamente. ¿Por qué hacerlo en el nombre de Jesús?, pues  porque no tenemos las fuerzas para hacerlo solos, necesitamos de una fuerza  más grande que la nuestra. Pero recuerda, debe ser en el momento en que te sientas listo para perdonar, en el momento que digas: Quiero perdonar, quiero hacerlo ya  porque no quiero más esto.

5. Libera al ofensor de la deuda. Es decir, se va a hacer una condonación moral. “Yo en el nombre de Jesús vengo a perdonar a esta persona, vengo a condonarle una deuda moral. Esta persona me hizo daño, me hizo un mal, cometió una injusticia en contra mía, pero en el nombre de Jesús,  Jorge yo te digo que te dijo que te dejo libre de esa deuda, que rompo la factura que está a tu nombre y que te condono  la deuda moral”. Es una deuda moral, espiritual, la que el ofensor tiene con  el ofendido. Tú condonas el endeudamiento moral de esa persona y rompes la factura de la acusación, del malestar de lo que esa persona te hizo.

6. Renunciar a todo juicio sobre el ofensor. Muchas veces estamos como juez  que tiene derecho a juzgar a esa persona por cuanto sabemos que nos  hizo daño y nos dolió; sabemos cuáles fueron las pérdidas, la afrenta que nos causó, sabemos  todo el daño que nos causó y nos da cierto derecho moral a juzgar a la persona por lo que nos hizo daño y el mal que nos provocó. Pero aparte de condonarle la deuda moral debemos renunciar a juzgar a la persona. “Señor yo renuncio a ser juez  sobre esa persona juzga tú sus actos. Me quito la toga de juez, me salgo del lugar moral donde el juez se sienta y me quedo del otro lado y juzga tú. Hoy  termina mi juicio mi critica, mi mal querer, mi odio, mi rencor, mi dolor contra esa persona y renuncio a todo juicio contra mi ofensor”.

7. Ora por el bienestar del ofensor. ¿Cómo?  Si, así como lo lees. Debes orar por el bienestar de esa persona. Lo hace en el nombre de Jesús. ”Señor Jesús como yo ya no soy juez de esa persona. Como yo he renunciado a ser juez  de esta persona, entonces Señor ya no soy yo quien pide castigo para esa persona y te pido que le bendigas”. La Biblia dice: bendecir a los que os maldicen. Bendecir y no maldigas. Seamos como Dios que deja caer su lluvia sobre justos e injustos, muestra su sol sobre buenos y malos, sobre justos e injustos. En este punto se ve si la persona  realmente  quiere perdonar o no. Aquí realmente se está  viviendo  el verdadero  perdón.

8. Hay que sacar al ofensor de la mente y  pensamientos. Ya no estés obsesionado con el ofensor, sácalo de los pensamientos. No permitas que esta persona siga anidada en los pensamientos, que este hecho doloroso, molesto, este encapsulado en la mente y  pensamientos. “En el nombre de Jesús pido que esta persona salga de mis mente y pensamientos. No estará controlando el  recuerdo de esta  persona y de lo que me hizo mis pensamientos”. Solo así se produce el efecto curativo.

9.Ánimo, entendemos tú dolor, sabemos que tienes razón de estar indignado o indignada. Pero  ahora  viene un nuevo amanecer para  ti. Sana tu corazón y deja  que las cosas fluyan en tu vida con amor. Si crees que necesitas de ayuda de un profesional o un consejero hazlo. Muchas veces el acompañamiento es necesario cuando se carga tanto dolor. Si sientes que después de hacer esta oración, la ira continúa, no  te sientas mal, debes seguir perdonando a esa persona, en silencio,las veces que sean necesarias. Perdónale cada vez que venga a tu mente el dolor.

Si no eres cristiano, de igual manera puedes hacer la oración, con profundo deseo de quedar libre y sanar.









Fuente: “El poder curativo del amor “ de  René Peñalba  y Gladys  Judith Rojas , “El perdón que sana”,Walter Rizo, "el poder terapéutico del  perdón"."La locura de la infidelidad" de Ediana Marín.



miércoles, 15 de marzo de 2017

CLAVES PARA AYUDAR A PERSONAS CON TRAUMAS EMOCIONALES


Es tiempo de que todos hagamos cambios, empezando por cambiar lo que hay en la mente para lograr bienestar físico y emocional. No es cierto que así soy y así moriré. Las personas podemos cambiar y tener una vida más equilibrada y en paz.

Si bien es cierto  que todos tenemos un pasado, quizás traumas dolorosos que nos hacen actuar con ira, con venganza, con falta de sentido de la vida, lo cierto es que se ha descubierto que  podemos reaprender nuevas formas de ver la vida para lograr un cambio profundo, se ha descubierto que es posible sacar todo aquello que nos está haciendo daño.

No es cierto que las personas  son como una máquina que están programadas para sufrir o están programadas para nunca cambiar. Las personas tienen la posibilidad de escoger el camino que quieren vivir. Las personas pueden vivir mejor. No deben tener miedo de buscar ayuda. No es normal que  se viva en depresión, en tristeza, en ira crónica. No es normal que la persona se sienta perseguida, llena de temores, llena de conflictos.

Todos necesitamos de ayuda. Todos hemos pasado por algún trauma o una pena grande. Científicamente se ha demostrado que todos los recuerdos buenos y malos se graban en la amígdala, que esta ubicada en el cerebro límbico, o parte emocional.

Los traumas o emociones dolorosas nos llegan a afectar enormemente. Cuando no los sacamos o cuando no hablamos de ellos, éstos se manifiestan luego en enfermedades en nuestro cuerpo, también afectan nuestra conducta frente a los demás, es por eso que decimos muchas veces no sé porque reacciono así, no lo quiero hacer, pero no puedo evitarlo.

Esto ocurre por lo que mencionamos. Nos dejamos llevar por el dolor que esta guardado en el inconsciente o la amígdala cerebral. Reaccionamos de determinada manera  porque relacionamos algo del pasado con el presente. Gritamos exageradamente  porque reaccionamos a una falta de valor que nunca se nos dio en el pasado y lo buscamos ahora de adultos, pero de manera equivocada.

Por todo ello, es necesario buscar el trauma para sanar nuestra vida y evitar enfermedades. El famoso Steve Jobs es un ejemplo de dolorosos traumas en su vida. Alcanzó éxito, fama, pero su salud totalmente deteriorada no pudo soportar más el dolor y los traumas de la infancia. El dolor de haber sido abandonado por sus padres, le dejo profundas cicatrices emocionales. Su ira era un grito desesperado de todo lo que estaba viviendo. Murió de cáncer, la enfermedad que ataca a quienes guardan demasiado sus emociones y no  hablan, ni  buscan resolver sus miedos.

¿Cómo   enfrentar los traumas?
1. Lo primero es reconocer que hay un problema que nos está afectando y que no nos permite estar en paz o no son permite tener buenas relaciones con los demás. Reconocer abre la posibilidad de buscar ayuda y salir del problema.

2. Es necesario buscar ayuda. Todos pasamos por momentos difíciles y nos han hecho creer que debemos ser fuertes ante los demás y no mostrarnos débiles, pero tal razonamiento es totalmente equivocado porque todas las personas necesitamos en algún momento mostrarnos vulnerables y pedir ayuda. Mientras más rápido se busque ayuda es mejor. Siempre habrá en nuestra comunidad algún lugar a donde recurrir y si no encuentras un lugar, buscar una persona de confianza con quien se pueda hablar con toda tranquilidad. Pídele a esa persona que te escuche sin juzgar porque lo único que quieres es ser escuchado.

3. No tengan miedo de llorar. El llanto es un mecanismo de ayuda para el organismo y para poder aliviar las tensiones. Es necesario que tanto hombre y mujeres aprendan a sacar el llanto. Debemos romper el mito de que los hombres no lloran, pues los hombres si deben llorar. Llorar no es signo de debilidad, llorar es un mecanismo natural que tiene el organismo para poder sanar.

4. El cambio o la recuperación de la salud emocional no viene de la noche a la mañana. Es un proceso. No se preocupen si las personas les dicen por qué no cambias o porque no mejoras. Respóndeles: porque eres humano y no eres perfecto. Solo quien ha vivido un trauma puede entender cuanto sufrimiento hay detrás. Por eso no debemos preocuparnos por aquellos que nos critican, ya que no han pasado por situaciones similares a las nuestras. Cada vivencia es distinta, cada uno experimenta un dolor más grande o dolor pequeño porque incluso el temperamento es diferente. En personas sensibles, el dolor es más grande que en personas más extrovertidas.

5. Al recibir ayuda las personas aprenden a sacar su dolor. Muchas veces recién en consulta se saca por primera vez alguna cosa que estaba guardada por años. Esto estaba oprimiendo el alma y enfermando el cuerpo y la mente. Al recibir ayuda las personas pueden llorar, pueden hablar, pero a la vez aprenden a ver de diferente manera el problema.

6. Las personas con traumas deben vivir las veces que sean necesarias su dolor. Las personas una y otra vez se sentirán enojadas por lo que el otro le hizo, reclamarán una y otra vez y es allí donde nosotros los culpables de haberle provocado ese dolor, debemos aprender a reconocer que tuvimos la culpa y evitar decir: “ya te pedí disculpas, hasta cuándo”. Pues será hasta cuando sane del dolor que le causamos. Lo mejor será decir: “Perdóname me equivoque”. Eso es suficiente. Y si mutuamente se hicieron daño basta con decir:” me lastimaste, te lastime. Los dos nos lastimamos, pero trabajemos juntos para sanar”. Eso es todo. No demos demasiados sermones porque cuando el amor está de por medio, se puede sentir el dolor del otro y eso nos lleva a querer ayudar a la persona a sanarse.

7. No esperemos que las personas con traumas sanen en una semana o en un mes o en un año. Todo dependerá del dolor y trauma vivido. La sanación se dará cuando la persona haya sacado todo lo que le daña. Debemos tener mucha paciencia si amamos a esa persona y no  llenarla de culpa por no mejorar. El cambio vendrá pero se necesita apoyarlo, amarlo y sentir su dolor.

8. Si eres de las personas que tiene que vivir con una persona con trauma emocional, busca también apoyo emocional en otras personas fuertes y que ya han podido superar algo similar. Debes tener un buen grupo de apoyo y te de soporte sano. También necesitarás descargar todo lo que vives. Recuerda somos seres relacionales y en el apoyo de otros nos fortalecemos, pero siempre y cuando sean maduros, responsables y amorosos.


9. Si no sabes cómo ayudar, tampoco empeoremos las cosas. Debemos entender que una persona con graves traumas emocionales lo que más necesitan es del amor. El amor es sanador y más si viene de la misma familia donde se producen los mayores traumas, donde se producen los abandonos, los gritos, los golpes. etc. El amor es eficaz para sanar. El pedirle perdón a las persona le sana el corazón. Debemos aprender a pedir perdón cada vez que ofendemos a nuestros hijos, a nuestro cónyuge, a  alguien que está cerca de nosotros. No debemos dormirnos sin antes pedir perdón. Cada día es una oportunidad y hay que vivirla bien. En muchas de las consultas, las personas se sanan cuando perdonan a su ser querido que les han provocado el  daño, pero esto no debería ser así si  nosotros aprendiéramos a pedir perdón de inmediato.

10. Si miras que una persona presenta síntomas emocionales muy desbordados y eres amigo o amiga, anímale a hablar, y si no te quiere contar, anímale a buscar ayuda,pero siempre dile que tu estarás allí cuando te necesite.Esas palabras le llena de esperanza a la persona herida.Evita juzgar,criticar su situación y peor murmurar con otros, solo busca ayudar, y eso es todo.Pero si tu tampoco estas en capacidad de ayudar, no lo hagas. Solo muestra tu amor y tu amistad sincera, no sabes cuan sanador es para una personas con traumas emocionales tener gente sincera a su lado.Solo escuchará a aquellos a los que considera de verdad sinceros.

domingo, 12 de marzo de 2017

LAS DEFENSAS QUE USAMOS Y NOS HACEN DAÑO


Todas las personas recurrimos a mecanismos mentales  para gestionar sentimientos y emociones. Estos mecanismos en sí  pueden provocar problemas en nuestras vidas. Aunque parezcan la mejor opción, no es así. Debemos estar alertas para ver que recurso estamos utilizando para gestionar las crisis. Solo así podremos reducir el estrés y  la preocupación.

Mantenernos en estado de alerta nos hace conscientes de los verdaderos pensamientos y sentimientos. Muchas veces nos llenamos de cosas, huimos o maltratamos para esconder una emoción muy oculta que puede llevarnos a cometer actos inesperados.

Debemos saber que no sirve de nada esconder lo que sentimos, simplemente enfermamos mas nuestra mente y cuerpo. Lo correcto es aprender a identificar la emoción real y gestionarla adecuadamente. Si hay algún problema con alguien hay que expresar esas emociones y sentimientos y buscar soluciones conjuntas. 

Siempre hay que buscar los aspectos positivos, comprender que las relaciones acaban y empiezan. Hay que dejar de sentirse victima porque hay algo superior que siempre estará con nosotros. Es bueno ir cortando y desapegándose, agradecer lo vivido y considerar que es mejor estar en paz. Una vez que se ha hecho este desapego viene la acción. Se actúa sin resentimientos, sino con amor y una mejor relación con el mundo.

Los viejos rencores, juicios, resentimientos deben salir. Solo sanos emocionalmente sanaremos de las heridas corporales. He aquí la oportunidad para elegir de nuevo como quiero vivir cada situación, si con lamento o ir soltando lo negativo que intoxica el sistema nervioso y el cuerpo.

Los programas dañinos nos atan a emociones sujetas a culpabilidades inconscientes, odios hacia nosotros mismos, creyendo que no somos merecedores de cosas buenas, sino de castigos. Por todo ello, hay que acabar con los mecanismos de defensa y aceptar que debemos mejorar y aprender a ver las cosas de diferente manera.Hay que aprender a buscar ayuda cuando no sabemos qué hacer. Evitemos y dejemos los siguientes mecanismos de defensa :

Represión: Reprimimos emociones y sentimientos de forma inconsciente. Este mecanismo nos lleva a la negación y a la proyección. Proyectamos en los demás las causas de nuestros malestares. Reprimir provoca: cambios de carácter, lleva a soportar tensiones y síntomas físicos como: dolores de cabeza, hipertensión, insomnio, indigestión, etc.

Proyectar es negar la emoción para liberarnos de sentimientos de culpa o emociones de miedo. Culpamos a otros de nuestras desgracias. Caemos en el victimismo y culpamos a otros de todo. Surge la justificación para atacar a los demás, darles muerte. La proyección justifica todo. Eventos de esto son: el holocausto, guerras étnicas, etc.

La expresión: Aquí en cambio se sacan las emociones de manera desbordada, sin importar los sentimientos de los demás. Se vomita sentimientos creyendo que a través de ello nos liberamos. Lo único que se hace con esta actitud es quitar presión, pero los sentimientos se vuelven a cargar una y otra vez.

Para lograr un cambio es bueno poner los sentimientos y emociones al descubierto para comprenderlos, lograr una nueva percepción sobre ellos y cambiarlos por otros. Ser desagradable no garantiza el respeto, sino que la gente se aleja màs. Hay que preguntarse para que llevo a ese nivel mis sentimientos.


El escape: Consiste en llenar nuestra vida de quehaceres, trabajo, ruidos, fiestas, etc. Lo que se trata es de mantenerse lejos de los problemas manteniendo las mentes ocupadas en cosas superficiales. Esto solo mantiene a la persona dormida, aislada y puede llevar a la persona a conductas adictivas.

CÓMO EVITAR EL CÁNCER


Esta más que comprobado que muchas enfermedades surgen por el mal manejo de las emociones. Tendemos a exagerar muchas cosas, nos preocupamos demasiado, entramos en ansiedad, en depresión, etc.

En otras ocasiones nos entregamos demasiado a la gente, no vivimos nuestra propia vida, sino que queremos que todo el mundo sea feliz, aunque nosotros tengamos mucho sufrimiento por dentro y nadie se preocupe en preguntarnos cómo estamos. Tendemos a apegarnos mucho a las cosas y a las personas y esto nos hace sufrir más. Pero debemos darnos cuenta de que las cosas como las personas vienen y van; que todos tenemos un ciclo de vida que puede acabar no solo con la muerte natural, sino por otras circunstancias.

Todas estas preocupaciones y mal manejo emocional de las situaciones no llevan a graves enfermedades. Es tiempo de reconocer que debemos empezar a cambiar o buscar ayuda para controlar nuestras emociones. Necesitamos deshacernos de las emociones que nos tienen atrapados. Sabemos que nos es fácil, pero están allí, ocultas, y a la larga se manifestarán en alguna parte de nuestro cuerpo como una enfermedad.

Por eso es importante liberar emociones reprimidas mediante la comprensión y la liberación de la culpa. Es importante entender que los sentimientos organizan los pensamientos y la memoria. Los pensamientos se guardan en la memoria junto con los sentimientos asociados a ellos, así que al momento de renunciar a un sentimiento nos liberamos de todos los pensamientos asociados.

Una emoción reprimida puede causar estrés, ya que se ha venido acumulando sentimientos y emociones, pero también puede provocar cáncer y la muerte. Está comprobado que quienes tienden a reprimir la ira, padecen de cáncer, también quienes se entregan demasiado a los demás y no viven sus propias vida.

Nuestras reacciones son fruto de la represión y supresión de emociones; por ello, una persona que se siente culpable, culpa a las demás o a las situaciones; una persona miedosa siempre hallará situaciones que temer; una persona triste siempre encuentra personas a las que proyectar su tristeza.

La proyección es como un mecanismo de liberación inadecuado porque refuerza en la mente los resentimientos. En una forma de justificación constante de la misma persona y de sus actos. Quien proyecta habla del otro, ya que lo considera el causante de todas sus desgracias.

En la proyección esta la raíz del victimismo, es decir la persona cree que todo le pasa a ella pero lo único que hace es esconder la inmadurez emocional que tiene. Las personas que proyectan no pueden darse cuenta de lo que deben cambiar, sino que atribuyen al otro lo que son en realidad, culpan a los otros de su desgracia.

El camino para liberarse de la proyección es dejar ir. Hay que olvidarse de los condicionamientos sociales y aprender a expresar los sentimientos. Por ejemplo si suprimimos el amor se produce un corazón roto y una excesiva dependencia en la otra persona. La persona piensa que tiene posesión sobre el otro y genera un apego indebido, vienen los celos enfermizos.

Además si hay un exceso de suprimir y reprimir las personas pueden crear acontecimientos tristes en sus vidas. La persona temerosa siempre estará viviendo situaciones de terror, la enfadada siempre se sentirá indagando por todo, la orgullosa siempre creerá que le están insultando.

Frente a ello, una vez más la salida es buscar las emociones reprimidas, muchas de las cuales se formaron desde la misma gestación. Por ejemplo la madre embarazada ya imprime  muchas emociones en los óvulos de su hija y así sucesivamente se va perpetuando de generación en generación.

Es necesario llegar a la aceptación de que tenemos que cambiar. Esto no quiere decir que seamos pasivos, simplemente es comprender que todo tiene una razón de ser y que no hay que  tratar de entenderlo todo. Entender todo significa racionalizar y lo hacemos desde el ego. Es mejor soltar los pensamientos que provocan los juicios y los califican como traición, robo, falta de lealtad, celos, rabia, etc.

Ser libre es mejor porque esto nos lleva a vivir en un mundo sin apegos dañinos. La libertar es la renuncia a luchar creyendo que recibiremos la razón. Si no nos liberamos de emociones y sentimientos negativos  viene la enfermedad.

Reprimimos muchas veces por necesidad de permanecer en el grupo, buscamos la aceptación social, nos da miedo estar solos, no queremos ser aislados. Pero reprimir nos lleva a cometer actos inesperados sin saber porque lo hacemos. Por ejemplo todas las adicciones son programas de inmadurez emocional: detrás hubo madres castradoras, ausencia de cariño y afecto de padres.

Visto de esa manera el núcleo social viene a ser el más toxico y del que hay que alejarse. En el hogar donde las personas han aprendido a ser víctimas emocionales: han sido criados con miedo a ser abandonados, a quedar solos; han nacido sin ser deseados. Viven experiencias de violencia. Las personas que crecen así se llenan de culpabilidad y a la vez que aman, odian.

En todo este proceso de liberar se puede usar un recurso valioso que es la Programación Neurolinguistica. Aquí lo medular es siempre hacer varias preguntas con ¿para qué?

¿Para qué no voy?, ¿para qué quiero un carro?, ¿para qué quiero separarme?, ¿para qué aguanto una situación? Luego de cada respuesta volver a preguntarse ¿para qué?, hasta llegar al fondo de la cuestión. Solo allí veremos que emociones sustentan nuestros pensamientos y  acciones.

Las emociones están conectadas a creencias y estas a la vez a la supervivencia. Muchas veces las creencias nuestras están mal enfocadas y recibir ayuda de otros es  importante para aprender a ver la vida de diferente manera. También es bueno recibir ayuda profesional.Todo depende de cada uno,hay que saber reconocer què esta mal en nuestra vida y corregir.No somos perfectos, nadie los es, pero lo mas lindo de la vida es llegar a la comprensión de que estamos en este mundo para trascender.

jueves, 9 de marzo de 2017

ENFERMEDADES GRAVES QUE SURGEN POR LA IRA



La ira surge cuando los demás no hacen lo que esperamos que hagan y pretende hacer que el otro se sienta culpable ya que creemos que nuestro enfado tiene razón de ser.

Queremos siempre salirnos con la nuestra y por eso va acompañada de orgullo y no queremos reconocer que en ciertas cosas no tenemos la razón y terminamos desacreditando a otros para sentirnos bien.

En el fondo, detrás de la ira, hay personas con muy poco valor de sí mismas, buscan el reconocimiento y se muestran déspotas y orgullosas, desagradables, tiranas. Piensan que de esta manera ganarán respeto de la  gente, pero las aleja más.

Dicen cosas como: si me quieren tal como dicen, entonces harán aquello que más me gusta y me lo tienen que demostrar. Cuando esto no sucede, se convierten en tiranos, dejan de comunicar esperando que los demás se acerquen a preguntarle qué le pasa.

La persona con esta actitud acumula ira, enfado interior, irritabilidad, amargura y resentimiento. Ira y orgullo van de mano e implica que tenemos razón en todo y que no pensamos cambiar. Al no querer cambiar la persona puede caer en resentimiento consigo misma.
Enfermedades:

Uno de los síntomas físicos asociados con la ira acumuladas es la hipertensión arterial. Esta es una muestra de que la persona no puede sacar de su vida a alguien  o a una situación que le hace sufrir. La migraña se debe a una situación repetitiva que le atormenta.

Al acumular ira la persona se convierte en irritable y desagradable. Puede llegar a caer en el enfado crónico que es ira contra el mundo entero. Debemos cortar con la ira porque esto ha llevado al mundo a grande enfrentamientos bélicos, donde se ha dado desplazamientos masivos de gente y muertes sin fin.

¿Cómo mejorar?

Lo correcto sería que la persona use la ira de manera positiva. Debe usarla para hacer algo, para ponerse en marcha, para hacer mejor su trabajo. Es necesario dejar de creer que los demás siempre deben darnos la razón para evitarnos enfados. Eso es poner carga sobre el otro y se puede resentir emocionalmente. De igual manera en el trabajo no debemos esperar que se nos reconozca todo, caeremos en ira y frustración.

Hay que aprender a soltar la ira y entender que  en el fondo lo que se está buscando es reconocimiento y por eso se manipula a la gente. Soltar libera y trae paz. También hay que aprender a gestionar la ira ya que nos libera de males mayores como la tristeza y la depresión, con la posterior inmovilización emocional que bloquea toda acción.

Para la ira el mejor antídoto es el perdón y olvido. Cada situación que vivamos por más dolorosa que sea es una oportunidad para experimentar el perdón. Debemos dejar la ira y pasar al coraje y aceptación que nos harán más libres y nos ayudarán a enfrentar las situaciones sin ataduras, ni resentimientos.


MENOS CULPA MENOS ENFERMEDADES



La apatía:La apatía es una total resignación, sentir que no se puede salir de la situación problemática pese a recibir ayuda. Es una muerte emocional donde todo es demasiado tarde para la persona y se encierra en un no puedo constante. 

La persona con apatía siente una derrota total, una incapacidad total para hacer algo y por eso muchas veces vive de prestaciones sociales. La mente está bloqueada con sentimientos de incapacidad  e indefensión  que les lleva a la depresión, al victimismo a la manipulación de los demás. Espera que los demás se  muevan pero el no.

Una solución es dejar de ayudar al apático. Hay que dejarlo solo aunque suene duro. No hay que prestar atención a su actitud, ya que debe aprender a moverse y solo allí podremos ayudarlo. Muchas veces el inmovilismo es el temor al qué dirán. Ese es el miedo que le paraliza en el fondo.

La apatía bloque el sistema nervioso y por esa razón surgen los dolores musculares y articulares. Los apáticos tienen problemas osteoarticulares, porque no viven sus vidas, sino la de los demás.

Los apáticos deben aprender a pensar también en los demás. Ellos deben saber que nosotros también necesitamos de ellos, de su vida, de sus sonrisas, de sus palabras, de su colaboración. Si la apatía continúa viene la depresión.

La culpa: Es uno de los sentimientos más oxidantes que existe. Se encuentra detrás de todo. Es un buen instrumento para caer en la excusas. La culpa siempre es proyectada hacia los demás o hacia uno mismo. Tiene una gran fuerza inmovilizadora, por eso siempre está detrás de la apatía.

La culpa nos hace creer que siempre hay una forma de hacer las cosas y si no sale como queremos debemos encontrar un culpable. Frente a ello, debemos recordar que a veces hay cosas que no están dentro de nuestras manos y que las cosas pasan y escapan a nuestra comprensión.

La culpa siempre nos dice que somos inocentes, somos víctimas de la situación. Esta forma de pensar solo nos infantiliza, nos desconecta de nuestro interior y nos hace pensar que lo que ocurre no está en nosotros.

La solución está en no culpar, ni de culparse, ya que cada uno tiene una forma de vivir y no debe sentirse culpable. Muchos de quienes culpan son egoístas porque quieren hacernos sentirnos culpables y hasta se enferman para demostrarnos cuan culpables o malos somos con ellos.

Lamentablemente en las relaciones se usa mucho la culpa para conseguir que el otro haga lo que queremos y terminamos diciendo: “Si me quieres no vayas a ese lugar”. 

Los sentimientos de culpa paralizan a la persona, por eso debemos evitar quedarnos en ese estado. Debemos dejar de decir: “No quiero hacerle daño, no quiero que sufra” o “Si no le cuido yo, quien más lo hará?” Debemos evitar activar sentimientos de culpa. No lo hagamos más si esta ha sido nuestra práctica de vida.

En el fondo cuando tomamos esa actitud, lo que estamos haciendo es pedir auxilio para que alguien nos ayude. Lo que en el fondo hay en la culpa es sentimiento de desvalorización, miedo a quedarnos solos, a ser abandonados. Por eso, la persona actúa así, se siente cuidadora de los demás, siempre busca a alguien a quien cuidar.

La culpa goza mucho de aprecio social. La gente nos hace sentirnos culpables y nosotros debemos asumir esa culpa porque de no, somos calificados como insensibles y deshumanizados. Y es más, si no pedimos disculpas somos unos mal educados.


Culpar alimenta el ego. Por eso debemos dejar de culpar y entender que las cosas son como deben de ser y nada más. Solo allí encontraremos la paz. Si no dejamos de culpar o culparnos resentiremos el cuerpo y vendrán las enfermedades. Guardar resentimientos y culpas contra otros provoca males en el cuerpo, ya que mente y espíritu no están en paz. 

jueves, 2 de marzo de 2017

RETIROS PARA SANAR EL CUERPO Y ALMA



En el  proceso de lograr un cambio de la persona, tener salud emocional  y física, es importante la cuaresma, los retiros espirituales y los retiros a solas. Esta más que comprobado que para sanar muchas veces se necesita el aislamiento. Esta es una práctica muy antigua que consiste en aislar a los enfermos durante cuarenta días o cierto tiempo recomendado por los especialistas. La idea es apartarse de la vida común, tóxica, que nos tiene llenos de problemas y no nos dejan ver las cosas de diferente manera. La experiencia de muchos en retiros incluso ha llegado a sanar ciertos tipos de cáncer.

El aislamiento en para reflexionar y cambiar las percepciones que tengo de la vida, implica descubrir aquellas tóxicas que nos están dañando y sacarlas de una vez por todas en muchos casos perdonando definitivamente, en otros casos alejándose del conflicto o de la persona que causa del conflicto. La decisión dependerá de cada uno. Lo cierto es que hay que sacar todo lo malo para gozar de salud emocional y física.

Para recuperar la salud es necesario hacer cambios emocionales profundos para que haya cambios de conducta profundos. Para sanar la Bioneuroemociòn plantea buscar los programas inconscientes, las creencias heredas de los ancestros para cambiar las percepciones que nos atan a cosas negativas.

Desde esa perspectiva, todo síntoma o enfermedad tiene un trasfondo emocional que activa interruptores biológicos que hacen que nos adaptemos al entorno. Si se quiere sanar, hay que darle otro giro emocional, otra interpretación a lo acontecido, hay que aprender a percibir de otra manera.

De lo primero que debe separarse el paciente es de la familia, de forma real o simbólica. La familia es tóxica por definición, porque de ella se deriva los programas tóxicos que envenenan la mete. Actualmente los vínculos con la familia son egoístas, ya que se creen con el derecho de inmiscuirse en la vida de los demás, con el derecho de opinar, juzgar, de hacer sentir culpable al miembro que quiere un cambio de vida.

A continuación varias formas de sanar a través de la cuaresma y el aislamiento:
1. Hay ciertos tipos de cuaresmas que se los hacen de forma inconsciente y son los retiros espirituales, las peregrinaciones a lugares santos. En estos tiempos las personas hacen un una especie de meditación un encuentro consigo mismo, hay una transformación, se van liberando estados mentales enquistados en creencias y en rutinas automáticas. El cansancio, la soledad de la andadura, los encuentros, los descansos, todo lleva al interior y a una transformación. Este es un momento en que la persona se permite un alejarse de la rutina diaria, de las responsabilidades, de las obligaciones, de la creencia de que la persona es necesaria. La persona se da cuenta de que el mundo sigue, pero lo fundamental es que si hace  el retiro como se debe, con un proceso de reflexión interno para sacar lo malo y renovar la mente, la persona queda como nueva.

Un estudio de Robert Newman dice que la cuarentena en obscuridad absoluta permite vivir a la persona una serie de vivencia y procesos. En si la privación de la luz, produce una alteración en la mente, las personas se desconectan de su mundo exterior y lo llevan al foco de atención de su mundo interior, a su lado oscuro, oculto. El efecto de la oscuridad es pagar los centros principales del cerebro, lo cual disminuye las funciones mentales y cognitivas en el cerebro. Las personas pasan observándose y meditando. Toman conciencia de los aspectos de su vida, ven escenas del pasado y las reinterpretan, tienen perspectivas únicas sobre diversos aspectos de la existencia o logran tener información de la que no eran conscientes.  A algunos les cambia la vida.Se llega a tener conciencia de varios aspectos que estaban desconectados o que habían sido rechazados o, en otros casos, esos aspectos se los había amado con todo el cuerpo, el alma y la mente, lo cual es dañino si son aspectos negativos de conducta.

2. Médicos occidentales piden al  paciente enfermo ir a ciertos lugares con aire limpio o mucho sol  en donde se debe hacer cosas diferentes como leer, pasear, tomar sol, ver películas, etc. Otras veces se ha recomendado salir del lugar de donde se vive e ir a otro diferente, que no recuerde en nada al ambiente toxico en el que se vivía y que nos libere de viejos anclajes mentales tóxicos.

3. Evitar una situación conflictiva, lo cual permite que el ser se recupere. Se puede evitar comer algo, evitar tener contacto con una persona. No se sana totalmente, pero se logra tener bienestar emocional. La cuarentena puede ser cuarenta días, toda la vida sin ver a alguien, miles de kilómetros lejos de distancia, etc. Si se quiere sanación total hay que llegar al perdón.

4. Si se  vive una situación conflictiva y no puede evitarse por imposibilidad física o bloqueo mental. Aquí la cuarentena implica un cambio de actitud interno, la elección del propio camino, la elección de una actitud diferente. Aquí quizá sea  aceptar incondicionalmente una situación, quizás el perdón completo, quizás sea cerrar una relación desde la compasión absoluta o la comprensión y toma de conciencia integral de la realidad. El camino en realidad es difícil, a veces imposible de realizarlo, pero la persona debe tomar una decisión.

5. En varios hospitales en china, a los  pacientes, apenas ingresan, se les asignan un grupo de apoyo y se les priva de inmediato de cartas, llamadas telefónicas, televisión, periódicos durante seis semanas. Durante este tiempo se espera un cambio del patrón energético.


La separación del paciente a su ambiente emocional asegura un  entorno saludable y controlado en el que la familia, ni los amigos pueden afectar negativamente al proceso de sanación. Los pacientes se rodean de personas que están motivados, trabajando en el mismo objetivo y reciben experiencia de otros pacientes antiguos que les sube la  moral.

El tipo de retiro dependerá de lo que recomiende el especialista o de lo que cada uno quiera lograr en su vida.En ciertos casos de enfermedades crónicas, los retiros se hacen con vigilancia de alguien màs que ayude en la comida,la limpieza e incluso ir al hospital si es necesario.Solo se suspenden en casos extremos.