Los mecanismos de defensa son estrategias
psicológicas que todos los seres humanos
tenemos para afrontar una determinada realidad. Así las personas
adultas, los niños o adolescentes reprimen o toman otros caminos para alejar
algún elemento o contenido perturbador para la persona.
En el
niño, los mecanismos evitan que entre en conflicto con las normas de los
padres. Los mecanismos de defensa son parte de la dinámica psíquica
infantil y aparecen como una respuesta a
los requerimientos de las etapas del desarrollo.
La defensa tiene como objetivo reducir el
conflicto emocional, ya que puede generar malestar, alteración en el desarrollo
psicosexual o psicoafectivo.
Proceso de defensa en la infancia
La utilización de mecanismos de defensa están
ligados con los momentos del desarrollo
del niño, y algunos se presentan como muy específicos de ciertas etapas.
De 0 a 2 año: Etapa oral .El placer se deriva
del succionar. Y los mecanismos de defensa aquí son proyección, negación e
idealización, escisión del objeto
De 2 a 4 años: Etapa anal, empieza control de
esfínteres y los mecanismos de defensa son: introyección, aislamiento,
anulación, formación reactiva,
desplazamiento y racionalización.
De 4 a 5 años: Epata fálica. Aparece el
complejo de Edipo, desarrollo del superyó. Los mecanismos de defensa son
represión y conversión.
Con la identificación imitamos a papá y mamá
en todo lo que ellos hacen. En la identificación nos identificamos con su rol
de mujer u hombre.
En la introyección un mal mensaje es
interiorizado y se guarda para toda la vida y puede obstaculizar el desarrollo
del niño por ejemplo si le decimos: “nunca llegarás a ser bueno en nada”.
También la introyección lleva a bloquear sentimientos, el niño no tiene la
libertad para sentir y expresar algo. Por ejemplo si le decimos que: " los hombre
no lloran”. Así mismo, puede bloquear a la persona en el relacionamiento si le
decimos: “No debes confiar en nadie”.
Podemos llegar a crear conceptos auto
excluyente: “Los Vàscones somos superiores a los demás”.
Mecanismo de defensa e interferencia en el
desarrollo
Todos los niños atraviesan por momentos
críticos o sensibles. Y si se presenta alguna interferencia en su desarrollo,
el niño busca defenderse, pero lo hace de manera inadecuada, ya que su yo no ha
logrado consolidar los medios para responder o sobreponerse.
Estas defensas en sí son respuestas,
formas de responder a un evento, pero al
no ser adecuados, ni funcionales a las circunstancias, solo propicia
estancamientos en el desarrollo psicoafectivo del niño. Hay muchas formas
inadecuadas de defensa que presenta el niño frente al conflicto. Su defensa
viene a ser como un disfraz que se coloca como respuesta a un evento
conflictivo.
En las personas o niños, el disfraz o
máscara, representa a un rol. Así vemos como los niños asumen el rol de papá y mamá o bombero o policía en los
juegos. O de los artistas favoritos en los adolescentes, donde ellos encuentran
una identificación. El niño así se comporta y se relaciona de una manera
distinta en el juego.
El disfraz se presenta como la posibilidad de manifestar contenidos y
deseos inconscientes y preconscientes mientras se está disfrazado. El disfraz externaliza lo que esta
internalizado o reprimido.
Un disfraz es una forma de protegerse de una
realidad amenazante por medio de expresiones que no son las suyas como por
ejemplo: siendo agresivo ante un medio valorado como aversivo, o mostrando un falso afecto ante una circunstancia.
El niño no se quiere mostrar como es.
En el caso del niño, el disfraz es una forma
de defensa a sus conflictos internos y externos. El niño agresivo o violento es
como si estuviera usando un disfraz para disimular su temor a ser atacado o dañado por el prójimo.
El disfraz tiene una simbología más clara en
unos y otros, pues remiten a emociones y afectos. Así por ejemplo el disfraz de
payaso puede mostrar esa doble lectura de la alegría y la tristeza. También los
disfraces pueden tener elementos relacionados con el poder o los valores:
disfraz de superhéroe o villano.
Los disfraces de animales representan afectos
y formas de comportamiento defensivo frente a sus conflictos.